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En los años que había prestado servicio a la casa Trebhallion, Lena jamás había vuelto tan preocupada de una misión. Había matado a uno de los ojos del Lord justo antes de que hubiera tenido tiempo de reportar contra ella o contra Fono, la otra mujer de la Orden de Vosstonovo. Además, Markus le había dicho que la habían intoxicado, pero no pudo encontrarla. Quizás lo de Markus fue un error, pero ahora tendría que incluir esa muerte como parte de los daños colaterales de la batalla que tuvo lugar en la casa de las tinturas.

Había estructurado los hechos de manera que justificaba la recopilación parcial de la información buscada. Le ofrecería los movimientos previstos del ejército kafne, pero le ocultaría que Tzomec estaba estudiando los rituales practicados por la familia Trebhallion para ver cómo contrarrestar sus técnicas. Necesitaban guardar ese as bajo su manga.

La Orden de Vosstonovo, tejedores del Destino, tenían la mira puesta sobre Lord Trebhallion desde hacía casi una década, por un altercado que tuvo lugar en el norte de Rhig, por encima de la ciudad Ahleva. En la zona del incidente, encontraron diecinueve cadáveres y el cuerpo magullado del Lord. La casa no resultó dañada en lo más mínimo. El suelo, tenía marcas amarillas circulares. No era el tipo de brujería de vínculos al que estaban acostumbrados.

Era distinto, implicaba otro tipo de entidad o de fuente de energía aún no identificada. Por ello, propusieron un protocolo para estudiar este tipo de sucesos sin verse involucrados. La corona no podía permitirse desconocer qué sucedía en su propio reino, por lo que decidieron introducir a alguien de la orden en uno de los círculos estrechos del Lord para que pudiera recabar información.

Brujos poderosos de todo el mundo se unificaron en las sombras para debatir sobre el uso que se hacía de los vínculos y otro tipo de conexiones de energía entre los usuarios y el resto de personas u objetos. Su máxima era mantener el orden. Nadie se lo había pedido, nadie lo esperaba de ellos. Actuaban por miedo. Muchos habían experimentado el terror ante la impotencia frente a una persona ambiciosa que no sabía detenerse ante nada, con poder suficiente como para no poder ser retenida, y no querían volver a experimentar algo así. Con el devenir del tiempo, se fue estableciendo como la Orden. Su líder, Eòghan, Lord Kohtalo, estrechó lazos con el Rey Hectaryon III, teniendo un papel fundamental en la guerra de los 713 brujos que tuvo lugar en Neralia.

Tras esa misma guerra, Fono encontró a Lena y la reclutó para la causa. Ella había empezado a trabajar para Hato Trebhallion escaso tiempo después de la resolución de la batalla, por lo que aún no tenía un apego de lealtad fuerte para con el Lord.

Hoy día, la orden seguía investigando a la familia Trebhallion.

No habían cometido crímenes, al menos que supieran, pero tenían poder como para hacerlo y salir impune al no haber nada ni nadie que los pudiera parar.

Ahora que por fin han rozado algo de la verdad que subyace sobre el origen del don de esta familia, las cosas se empiezan a torcer. Todo se podía desestabilizar si el reencuentro no salía bien.

Cuando llegó a la verja de entrada a los terrenos de la mansión, el mismísimo Lord, Hato, estaba allí. «Cuéntame qué ha pasado con Markus». No esperaba que lanzara la pregunta nada más llegar, sin siquiera entrar a su despacho. Además, parte de la guardia personal del Lord estaban situados a ambos lados del camino principal, ocho a cada lado. No era un recibimiento normal. «¿Es por mí? ¿Es por protección porque temen que vayan ahora contra el Lord tras acabar con Markus?», pensó Lena. No sabía cómo reaccionar. Pero tenía que responder.

Markus no ha sobrevivido, milord.

—No tenía órdenes de entrar en batalla. Tampoco ha podido ser descubierto.

KoldunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora