**Academia de magia Sekai [AU]**

Capítulo 11

**Capítulo 11: La Traición de Rui y la Decisión de Mizuki**

El castillo estaba envuelto en una atmósfera de tensión. Mizuki se encontraba en su oficina, con pilas de documentos y mapas esparcidos sobre su escritorio. Su mente estaba sumida en la estrategia y planificación, intentando coordinar la ayuda para un reino vecino que estaba al borde del colapso. El caos reinaba gracias a las acciones de la villana, y Mizuki no encontraba descanso desde el incidente en la academia.

La academia, que una vez fue un lugar de aprendizaje y seguridad, había sido destrozada por la villana. Como si eso no fuera suficiente, una oscuridad siniestra se había extendido sobre los restos de la academia, una maldición que convertía en sombra a cualquiera que se acercara. Nadie sabía con certeza si esas sombras significaban la muerte, pero nadie estaba dispuesto a comprobarlo.

Mizuki, agotada, intentaba concentrarse en los detalles de la batalla que se avecinaba cuando alguien tocó suavemente la puerta. Kanahe, su fiel asistente, entró llevando una bandeja con comida.

-Traje tu almuerzo -dijo Kanahe, colocando la bandeja sobre la mesa.

Mizuki apenas levantó la vista de sus papeles, pero Kanahe pudo notar la fatiga en sus ojos.

-¿Alguna novedad? -preguntó Mizuki, intentando no sonar demasiado esperanzada.

Kanahe, sin embargo, tenía algo más que una simple comida.

-De hecho, sí hay una novedad -respondió Kanahe, sacando una carta de su bolsillo y entregándosela a Mizuki-. Una luz la trajo.

Mizuki dejó caer la pluma y tomó la carta con curiosidad. Al leerla, su expresión cambió drásticamente, pasando de sorpresa a enfado en cuestión de segundos. La carta era de Rui, y su contenido era inesperado.

Rui explicaba que se encontraba ahora bajo la protección de la villana, cuidando de la persona a la que ella protegía. Lo más sorprendente y exasperante para Mizuki fue leer que Rui no tenía intención de matar a esa persona, como era su misión. En cambio, afirmaba que este individuo era una luz, alguien con un corazón puro que no merecía morir. Además, Rui admitía que la villana ya sabía de su misión y que, por lo tanto, había decidido quedarse bajo su ala, con la esperanza de detener el caos a cambio de la felicidad de ambos.

Al llegar al final de la carta, Mizuki no pudo contener su ira. Rompió la carta en pedazos, dejando caer los trozos al suelo.

-¡Ese cobarde! -exclamó Mizuki, su voz temblando de furia-. ¿Cómo se atreve a unirse a la villana solo por una persona? ¡¿Quién sabe si él también se ha vuelto corrupto?!

Kanahe intentó calmarla, colocando una mano sobre su hombro.

-Mizuki, por favor, tranquilízate. Si Rui ha tomado esa decisión, puede que tenga un plan. Quizás deberíamos darle la oportunidad de demostrar lo que pretende hacer.

Mizuki respiró hondo, tratando de recuperar la compostura, pero su decisión ya estaba tomada.

-Kanahe, no podemos arriesgarnos. Si esa persona es tan importante para la villana y para Rui, entonces es el verdadero problema. Debemos eliminarla. Eso traerá paz al mundo.

Kanahe, preocupada, intentó razonar con ella.

-Mizuki, eso podría desencadenar un desastre aún mayor. Si Rui está tan decidido a proteger a esa persona, puede haber algo más que no estamos viendo.

Pero Mizuki no estaba dispuesta a escuchar más.

-¡He dicho que esa persona es el problema! -gritó, cerrando los puños con frustración-. Si eliminamos a quien la villana protege, la derrotaremos. Y si Rui se interpone, entonces él también será nuestro enemigo.