Sir Reginal Hargreeves fundo la academia Phoenix y en esta línea de tiempo, adopto a ocho niños extraordinarios formando el grupo de super héroes adolescentes más formidables del planeta.
- Lo siento chicos, en serio, no sé que me paso.- se disculpo Luther sinceramente arrepentido.
Sus magullados hermanos se encontraban en pleno en la enfermería. Diego había necesitado un par de puntos en la cabeza y el ojo Allison amenazaba con hincharse bajo una bolsa de hielo, aunque las que se llevaron la peor parte fueron las costillas de Jared.
- Perdisteis el control, ambos.- dijo Reginald enfadado, con voz seria y la decepción marcada en su cara. Dirigiéndose tanto a Vanya como a Luther.- Es inaceptable que después de tantos años de entrenamiento tengáis problemas para dominar vuestro poder.
- Lo siento, padre.- dijo Vanya avergonzada.- Me puse nerviosa... no sé que me paso.
- Sentirlo no basta, numero Siete. Pudiste haberlos matado y en lo referente a ti, numero Uno, esperaba más del líder de la academia.
Luther bajo la cabeza como un perro regañado.- No volverá a pasar.
- Por lo menos fue en un entrenamiento y no en una misión, nadie termino herido, no mucho al menos. Gajes del ofició.- dijo Jared mientras Grace terminaba de vendar sus magulladas costillas.
Reginald asintió de mala gana.- Necesito que se preparen para salir de inmediato. Vanya y Jared se quedan.
- ¿Puedo quedarme yo también? Me siento mal.- propuso Klaus.
- No.- Respondió Reginald.- Ya partimos con la desventaja de ir con dos miembros menos, otra baja sería inasumible para la misión.
- ¿Por qué?.- pregunto Vanya.- Entiendo que Jared tiene fisuras en dos costillas pero yo estoy bien. Puedo ir.
- Perdiste el control.
- ¡También Luther y a él no le castigas!
- Mis decisiones no se discuten, Vanya. Te quedaras con Jared estudiando en la biblioteca, el resto, en marcha.
Las ordenes de Reginald fueron obedecidas al instante y en pocos minutos el equipo vestía sus uniformes de héroes.
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- ¡Vamos! ¡Deprisa, niños!.- les apremio su padre mientras entraban en el coche.
Vanya observo como sus hermanos se marchaban sin ella, después de años esforzándose por lograr un lugar en el equipo la volvían a apartar. Cerro los puños son rabia, sintiendo de nuevo como la frustración llenaba sus venas.
La lampara del techo vibro al igual que los cristales de las ventanas de la biblioteca. Jared puso la mano en el hombro de su hermana, haciéndola de consciente lo que su enfado estaba ocasionando.
- Lo siento.- murmuro.
- Lo he estado pensando, creo que puedo ayudarte.- aseguro Jared.
- ¿Cómo?.
- Con un limitador, algo con lo que puedas apagar o encender, regulando el exceso de energía que genera tu cuerpo. Te daría completo control sobre tu poder, al menos en teoría.
- ¡Eso sería genial! ¿Podrías construirlo?
- Puedo intentarlo pero tienes que tener paciencia, de momento es solo una idea.- Explico Jared poniendo voz a su pensamiento.- Tendría que ser algo que puedas llevar siempre pegado a ti, compacto para ser practico, ligero, como un colgante o brazalete, lo que supone un reto en si mismo.
Jared tomo asiento frente a la mesa de estudió, doliéndose de las costillas y abrió su cuaderno de proyectos en busca de una hoja en blanco sobre la cual comenzar a trabajar.
- Tendría que usar nanotecnología y necesitaría que Aidan me ayudara con los cálculos para ajustarlo.- dijo Jared enfocado por completo en nuevo proyecto.
Jared comenzó a garabatear sobre la hoja, mostrando que su poder residía en una extraordinaria capacidad para diseñar todo tipo de ingenios mecánicos, mostrándose cada vez mas concentrado en su labor.
Vanya le dejo trabajar, poniendo su atención en un libro de historia universal.
Pasaron unos minutos.
El libro de Vanya vibro sobre la mesa, como si un pequeño sismo estuviera teniendo lugar. Levanto la vista descubriendo que su hermano trabajaba de forma frenética en el boceto, completamente fuera de si.
- ¿Jared?.- le llamo con tono suave.- ¿Estas bien?
El no respondió. Sus pupilas brillaron con un intenso color naranja mientras sus mano daba trazadas rápidas sobre el papel.
La pesada mesa de madera vibro con mayor intensidad, golpeando las patas contra el suelo y de pronto la hoja sobre la que dibujaba brillo en un tono igual al de las pupilas de Jared y en parpadeo todo volvió a la normalidad.
- Jared ¿Qué ha pasado?.- pregunto Vanya preocupada.
Su hermano sudaba pero por lo demás se veía igual que siempre.
- No sé.. yo... creo que lo hice.- dijo mostrando a Vanya que un objeto había aparecido sobre la mesa.
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- ¿De donde salió?.
- Creo que fui yo. Me concentre, quería que hacerlo real y apareció.
- No sabía que tus poderes podían hacer esto.
- Yo tampoco.- confeso revisando la pulsera con detenimiento.
- ¿Crees que funcionara?
- En teoría sí, pero es la primera vez que hago algo de esta forma, podría ser inestable y explotar o hacerte daño llevarlo. Mejor dejamos que papá lo examine primero.- sugirió.
- Si, será lo mejor.- Le apoyo Vanya un poco desilusionada por tener que esperar aun más por una solución a su problema.
- ¿Quieres que veamos si puedo volverlo a hacer?.- pregunto Jared.
Vanya sonrió y asintió. Jared busco una hoja en blanco y trato de concentrarse en una nueva idea.
