Sir Reginal Hargreeves fundo la academia Phoenix y en esta línea de tiempo, adopto a ocho niños extraordinarios formando el grupo de super héroes adolescentes más formidables del planeta.
Luther hizo todo lo humanamente posible por seguir el programa, sin embargo sus hermanos estaban distraídos con la idea de su excursión nocturna.
Completaron los ejercicios de mala gana, hicieron sus tareas a medias y comieron las verduras sin rechistar. Se portaron tan bien en apariencia que Grace aseguro que se ocuparía de señalar su maravilloso comportamiento a Reginald, sin embargo no había logrado como líder sacarles el mínimo esfuerzo.
Lo peor era que empezaba a sentirse como un maldito traidor, su padre confiaba en el y estaba a punto de romper su promesa y aun así, era muy tarde para echarse a tras. Allison se veía tan feliz con la idea de la salida que el líder de la academia no tuvo valor de desilusionarla.
Las horas pasaron y llego el momento de retirarse a los dormitorios, solo que en lugar de dormir se vistieron para su gran noche.
Vanya paso a la habitación de Allison de puntillas y se ayudaron a peinar, buscando estilos que las hicieran parecer mayores y sofisticadas. Jared se ocupo del sistema de vigilancia como si eso fuera lo que más ilusión le hacia de noche y cuando termino se unió a sus hermanos en el cuarto de Klaus, quien comando la ruta de escape.
Salir de la academia fue mucho más fácil de lo que pensaban, claro que no podía ser muy difícil siendo que Klaus se escapaba constantemente.
Caminaron entre las calles sintiendo la brisa de la noche, notando que la tensión menguaba cuanto más se alejaban de su hogar. Pronto empezaron las risas y las bromas entre ellos, mientras seguían a un Klaus muy seguro de conocer el camino.
Solo Luther se mostraba preocupado, en alerta constante.
Era el responsable del grupo, Reginald confiaba en él y estaba dejando que sus hermanos se saltaran las normas poniéndose en peligro al caminar solos de noche por calles sombrías.
Allison andaba unos pasos por delante, hablando con Vanya y lanzando ocasionales miradas a su espalda.
- Se lo voy a decir esta noche.- susurro Allison a su hermana.
- ¿Te vas a declarar?.- respondió Vanya en el mismo tono apenas audible.
- Si pero me da mucha vergüenza. ¿Y si yo no le gusto?
- Sí le gustas, se nota mucho.
- ¿Tu crees?.- pregunto Allison lanzando otra mirada por encima de su hombro, encontrando la mirada de Luther pegada a ella.
- Sí, ha aceptado dejarnos hacer eso es porque tu se lo has pedido.- aseguro Vanya.
Allison lanzo otra mirada sobre su hombro, acompañada de una sonrisa que Luther no supo interpretar.
Jared se acerco a un vehículo y se agacho estirando la mano, logrando que un gatito asomara desde detrás de una rueda con la curiosidad de un cachorro.
- ¡Oh, un gatito!.- exclamo Vanya acercándose.
- No lo toquéis.- pidió Luther.- Podría tener parásitos o contagiaros alguna enfermedad.
- Dejarlo en paz.- dijo Cinco.- Su madre debe andar cerca y si la asustamos puede que salga corriendo y lo abandone.
- Nuestras madres nos abandonaron por menos.- murmuro Jared apartándose del animal.
- Tampoco hay que ser tan duros con ellas.- intervino Klaus.- No las conocimos, no sabemos sus circunstancias. Tiene que ser aterrador que de pronto se te hinche el vientre y un bebé se abra paso desgarrando tu vagina.
- ¿Creéis que nuestras madres pensaran alguna vez en nosotros?.- pregunto Allison retomando la marcha junto a sus hermanos.
- De los 43 niños nacidos como nosotros solo 8 fuimos cambiados por un cheque, así que en lo que a mi respecta, Grace es nuestra madre.- aseguro Diego.- Es la única que conocemos y la única que debería importarnos.
El ánimo general se ensombreció después de aquello. Klaus no estaba dispuesto a que la noche se estropeara.
- Bien chicos, estamos llegando, dejarme hablar a mi.- dijo Klaus cambiando de tema.- Conozco al hijo del dueño y el portero es un encanto de persona. Siempre me deja pasar, sin problemas.
- No pienso responder a eso sin un abogado.- dijo Klaus por respuesta.
Luther negó con la cabeza, desaprobando la conducta de su hermano. Sin apenas darse cuenta habían llegado al centro de la ciudad. Vio algunos locales abiertos, bares y restaurantes de apariencia agradable.
- Seguirme, es por aquí.- dijo Klaus internándose por un callejón oscuro.
Luther se tensó, era el tipo de lugar en el que podían encontrarse una emboscada o esperaría que se escondiera un que un criminal. Klaus caminaba alegremente, moviéndose con soltura por calles de aspecto peligroso, directo hacia la puerta de un lugar sospechoso.
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El lugar carecía de un letrero que le diera un nombre y dos tipos se encontraban apostados custodiándola.
- ¡Leo! ¿Qué tal va la noche?.- dijo Klaus saludando a uno de los hombres, con demasiada familiaridad.
- Klaus, llegas temprano.- dijo el tipo mas alto ofreciendo un abrazo como saludo.- Te has traído amigos ¿Sois del mismo colegio?.- pregunto al ver que sus abrigos eran iguales y sus ropas bajo estos lo parecían.
- Sí bueno, algo así.
- Venga pasar.- dijo mirando antes a ambos lados.
El tipo les abrió la puerta.
- ¿Este local tiene salidas de emergencia y sistemas anti incendios homologados?.- pregunto Luther viendo que el interior era un sótano oscuro con muchas luces de colores que escasamente permitían ver a metro de distancia.
El amigo de Klaus le miro con seriedad un segundo antes de reír a mandíbula batiente.- ¡Que gracioso tu amigo!
- ¿Gracioso por qué?.- quiso saber Luther mas Allison le tomo del brazo y tiro obligándole a entrar sin obtener respuesta.
Bajaron una escalera corta llegando a la pista de baile mientras la puerta se cerraba tras ellos.
- ¿Esos críos son mayores de edad?.- pregunto el más bajo de los hombres que custodiaban la puerta.
- Espero que no. Al jefe le gusta la carne tierna.- dijo el más alto por respuesta.