Sir Reginal Hargreeves fundo la academia Phoenix y en esta línea de tiempo, adopto a ocho niños extraordinarios formando el grupo de super héroes adolescentes más formidables del planeta.
A las 12 horas de primero de octubre de 1989, 43 mujeres dieron a luz simultáneamente, sin que ninguna de ellas hubiera estado embarazada al comenzar el día.
El multimillonario sir Reginald Hargreeves viajo por todo el mundo, adquiriendo a cuantos de estos niños excepcionales pudo, sumando un total de ocho.
Llevo a los pequeños a su mansión, fundando con ellos la prestigiosa academia Phoenix y los crio como hijos propios, formando un grupo de super héroes, entrenado para enfrentar todo mal.
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20 de septiembre de 2006
- ¡Niños! El desayuno esta servido.- Aviso la dulce voz la robot.- Bajar antes de que se enfríe.
Los hermanos Hargreeves no se hicieron esperar.
Los pasos apresurados de ocho adolescentes bajando las escaleras, resonaron por el pasillo.
Luther fue el primero en tomar su lugar en la mesa, mostrando su ejemplo de líder, seguido de cerca por el resto de sus hermanos.
- Grace, cumpliremos 18 años en unos días ¿Hasta cuando piensas seguir llamándonos "niños"?.- pregunto Cinco entrando en la cocina.
- ¡Eh! No le hables así a Mamá.- dijo Diego con tono amenazante tomando su lugar en la mesa.
- Cierto, olvidaba que tu siempre serás un bebé de mamá.
- ¿Te quieres tragar los dientes de desayuno, Aidan?.- pregunto Diego enfadado.
- Solo inténtalo.- le reto Cinco.
- Basta niños.- pidió Grace.- Para mi, siempre serán mis pequeños, por muchos años que cumplan y no me gusta verlos pelear.
- ¡Dejen de dar gritos! Por favor.- pidió Klaus arrastrando los pies hasta su lugar en la mesa.- Me duele mucho la cabeza.
Grace corrió a poner su mano en la frente de su pequeño enfermo, notando que no tenía fiebre.
- Te traeré un poco de paracetamol y te sentirás mejor.- dijo la robot saliendo de la cocina.
- Se llama resaca.- gruño Cinco en cuanto Grace se marcho.
- ¿No sé de que hablas? ¡Yo no bebo!.- se defendió Klaus.
Allison y Vanya llegaron juntas.
- ¿Qué nos perdimos?.- pregunto Vanya
- Klaus escapo y volvió borracho.- resumió Aidan.
- ¿Otra vez?.- pregunto Allison sentándose en su lugar.
- ¡Venga chicos! ¡No inventen! Solo es jaqueca. - se defendió Klaus.
- Tu jaqueca se confundió anoche de cuarto, entro por la ventana del mío y vomito en mi papelera.- le recrimino Ben mostrando por sus ojeras que su sueño fue interrumpido en la madrugada.
- ¿Te escapaste por la ventana?.- pregunto Luther indignado.- ¡Esta prohibido salir sin permiso!
- Diez pavos a que que nuestro amado líder se chiva a papi.- dijo Jared entrando en conversación.
- ¡No venga! No lo volveré a hacer.- pidió Klaus casi suplicando.
- ¡Papá tiene que saberlo! Es mi deber decirle que se ha cometido una transgresión en las normas.
- Tengo una duda Luther.- dijo Jared.- ¿A que sabe el culo de Reginald?
La conversación se termino cuando su padre adoptivo hizo acto de presencia.
- Buenos días niños.- dijo el multimillonario.
- Buenos días padre.- dijeron todos a coro, salvo Aidan que hizo la disonancia cambiando la ultima palabra por.- Reginald.
- ¿Alguna novedad?.- pregunto por rutina, clavando sus ojos en su numero Uno.
Allison negó con la cabeza suavemente mirando a Luther y este sintió la presión de los ojos de sus hermanos clavados en él. Ellos esperaban que cubriera a Klaus, sin entender la responsabilidad de su puesto y la confianza que su padre tenía depositada en él.
- Klaus escapo anoche y según parece, consumió alcohol de nuevo.- dijo Luther.
- ¡Luther!.- exclamo Allison decepcionada, poniendo voz a la opinión general.
- Es mi deber, Allison.- se defendió Luther.
- ¡Bien hecho, Luther!.- espeto Diego con sarcasmo.
- No esperábamos menos de ti.- añadió Jared con el mismo tono.
- Luther ha hecho lo correcto.- aseguro Reginald, cortando toda discusión al respecto.- Es responsable de cada miembro de su equipo y si uno falta a la disciplina debida, debe exponerlo para ser corregido. Klaus, estas castigado.- declaro.- Sin tiempo de recreo, con tareas extra, doble entrenamiento sin privilegios por tres semanas.
- ¿Tres semanas? ¡Me perderé nuestro cumpleaños!.
- Eso debiste pensarlo antes de transgredir las normas.- declaro Reginald.- Y ahora niños, empezar a comer. Pogo os espera para el entrenamiento matutino.
- ¡Pero papá, eso no es justo!.- repuso Klaus.
- No se habla durante las comidas, Klaus. Silencio.- exigió Reginald.