𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 7

128 13 10
                                    

Querido Cupido

"Sanando un corazón afligido"


[...]


Mi mejor amiga.

Busqué desesperadamente una forma de escapar, pero el primer hombre bloqueaba la otra salida. Se acercaron lentamente, tratando de intimidarme. No tuve más opción que retroceder hasta sentir la fría pared contra mi espalda.

"¿Qué quieren de mí?", pregunté, tratando de calmar el miedo que comencé a sentir, especialmente por Perla.

——Solo un poco de diversión y tus cosas, tal vez—— los miré con repudio mientras sonreían de una manera que me dio asco.

——Jefe, ¿no le parece interesante?—— preguntó a su compañero.

——Sí, se ve que tiene carácter—— dijo, tocándose la barbilla mientras me detallaba de pies a cabeza.

Me acerqué más hacia la pared. Tenía un objetivo: Llegar al tubo que estaba entre las cajas. Recé para que estuviera allí y eché un leve vistazo para confirmar mi presentimiento. Cuando verifiqué, me armé de valor y los miré directamente a los ojos.


"Es una lástima...", pronuncié divertida.


"... hoy no estoy de buen humor", dije, y los hombres me miraron confundidos.



Sin previo aviso, agarré con mi mano derecha el tubo y, con todas mis fuerzas, le pegué en la cabeza al tipo, logrando que se estremeciera de dolor en el suelo.

——¿¡Pero qué te pasa, loca!?——  su compañero quiso agarrarme del brazo, pero aproveché la apertura cuando dejaron de verme por unos segundos y saqué mi gas pimienta para rociarlo en sus ojos.

——¡Atrápenla!——  gritó uno de ellos.

Fue lo único que pude escuchar mientras corría a toda velocidad para dejarlos atrás. Perla maullaba asustada, pero no podía preocuparme por su estado en esos momentos. No sé cuánto tiempo corrí, pero lo hice como si mi vida dependiera de ello.




Literalmente...




Intenté esconderme y dos de ellos pasaron de largo. Suspiré aliviada y decidí asomarme con cuidado, las calles estaban solas, había una oscuridad que te podía llegar a inquietar. Me decidí a salir para ver dónde podría ir, pero en cuanto lo hice, una sensación abrumadora se apoderó de mi pecho.


Uno de esos hombres se topó cara a cara conmigo.


——Ya la encontré—— informó por su celular mientras agarraba fuertemente mi brazo. Todo fue en vano porque me acorralaron con facilidad.

Sus compañeros aparecieron en el callejón de inmediato y me observaron victoriosos. ——Joder, esa chica me va a dejar un buen moretón—— se quejó mientras quitaba su máscara y se mansajeo el cráneo, sonreí por lo mal que se veía eso, se lo merecía.

𝙌𝙪𝙚𝙧𝙞𝙙𝙤 𝘾𝙪𝙥𝙞𝙙𝙤 - Soshiro Hoshina [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora