𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 1

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Querido Cupido

"Sana mi corazón afligido"


[...]



Humanidad

He visto innumerables cosas a lo largo de mi vida, y creo que aún me faltan miles de cosas por ver antes de morir. Sin embargo, jamás imaginé que tendría la oportunidad de presenciar algo tan irreal como lo que tenía frente a mí.

Quería ignorarlo, fingir que nunca lo ví, que mi imaginación me había jugado una mala pasada o que el desvelo me estaba pasando factura. Pero no fue así, porque aunque no quisiera, esta era la verdad.

Una criatura con alas que parecía un niño de seis años, pero definitivamente no era humano.

Vestía una bata blanca con un bolsillo a un costado de su cadera, y volaba con gracia con ayuda de sus alas, que eran más blancas que su piel. ¿Era un humano? Dudaba, pero a la vez era muy diferente al concepto esencial de lucir como un ser humano.

Tenía una cola del mismo color que su cabello morado, el cual le ocultaba su frente, y por encima sobresalían sus orejas, como las de un animal. No eran muy grandes y estaban cubiertas de un pelaje que combinaba con su cabello.

Sus ojos estaban cerrados, pero eran increíblemente misteriosos. Su nariz había sido reemplazada por una de zorro o de perro, lo que le daba un toque distintivo a su rostro. No pude evitar divagar en cada uno de los detalles de su apariencia. No sabía cómo habíamos llegado a ese punto.

Mi gata pareció percatarse de la situación y empezó a olfatear alrededor de la habitación. Luego decidió posarse en la ventana para estar cerca de mí. Me hizo un gesto que reconocí, uno que indicaba que quería jugar.

"Perla...", susurré, y le hice una seña para que entendiera que tenía permiso de explorar. Ella brincó al patio; otra vez tendría que buscarla luego. Pero al menos había salido de allí. No quería estar sola, pero no sabía qué era la criatura que estaba conmigo.

"¿Tú... puedes hablar nuestro idioma?", mencioné con cierta cautela. No daba miedo, pero aun así era diferente.

"Sí, por supuesto. ¡A la perfección!", dijo sonriente y orgulloso.

Parecía que disfrutaba de la sensación que provocaba en mí. "También tengo poderes sobrenaturales", dijo, levantando sus manos en un gesto divertido que pretendía advertirme que podría usar esos poderes en mí.

"¿Vas a hacerme daño?", le pregunté. A veces prefiero estar prevenida ante lo que pudiera venir después. Él llevó su mano a la barbilla mientras pensaba. "Estoy replanteándome eso", dijo, sonriendo de nuevo hacia mí. Eso me puso alerta; me pegué más a la pared.

En caso de que quisiera atacarme, tenía un cuchillo de emergencia escondido cerca de la ventana. Pero él continuó, "Pero no del tipo de daño que crees, no tengo por qué lastimarte".

Suspiré ante su declaración, dejando ir todo tipo de ansiedad, pero aún estaba alerta. "¿Por qué quieres hablar conmigo?", le cuestioné.

Él se quedó mirándome divertido, esperando que yo lo descifrara. "Creo que es obvio...", mencionó. "... tú me debes algo".

"¿De qué...", no pude terminar porque la puerta de la habitación sonó. Eso solo significaba una cosa. Miré a la criatura que tenía enfrente con miedo. Aunque fuera cierto lo que decía, no conocía nada de él ni de lo que era capaz. Al menos, si estuviera sola en esto, no me preocuparía tanto.

𝙌𝙪𝙚𝙧𝙞𝙙𝙤 𝘾𝙪𝙥𝙞𝙙𝙤 - Soshiro Hoshina [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora