Cap 4

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⚠️️Advertencia a los Lectores⚠️

Primero que todo, si has llegado hasta aquí permíteme agradecerte por esta oportunidad.

Antes de continuar sumergiéndote en esta historia de fantasía, es importante tener en cuenta lo siguiente:

Todos los personajes y eventos en este libro son completamente ficticios. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.

Te pido que no compares esta historia con otras obras. Cada autor tiene su propio estilo y visión, y es fundamental respetar la creatividad que ha dado vida a esta narrativa.

La historia incluye temas fuertes que pueden no ser apropiados para todos los lectores (como sacrificios, brujería, muertes, entre otros). Si eres sensible a ciertos contenidos, te recomiendo proceder con cautela o dejar la historia hasta aquí.

Este libro trata sobre el infierno y el cielo, pero no busca denigrar religiones ni ofender creencias. La narrativa es una exploración ficticia y no debe tomarse como un ataque a ninguna fe.

Espero que disfrutes de esta aventura única y me acompañes hasta el final.

¡Gracias!

***

La cafetería se alzaba en una esquina de la calle, un lugar donde lo moderno y lo antiguo se entrelazaban de manera mágica. Las paredes estaban adornadas con ladrillos expuestos, que contrastaban con las lámparas de diseño contemporáneo que colgaban del techo. Mesas de madera pulida se combinaban con sillas de metal forjado, creando un ambiente acogedor y vibrante. Aromas de café recién hecho y dulces horneados danzaban en el aire, mientras suaves melodías de blues llenaban el espacio, envolviendo a los clientes en una atmósfera casi etérea.

Al entrar, mis ojos buscaron a mi amiga entre las mesas. Ella siempre tenía una forma especial de iluminar cualquier lugar, como si llevara consigo un poco de magia. La vi al fondo, sentada junto a la ventana, con los rayos del sol acariciando su rostro. Su cabello castaño caía en suaves ondas sobre sus hombros, mientras que sus ojos almendrados brillaban con una chispa traviesa. Tenía esa capacidad única de hacer que cada encuentro se sintiera como una aventura.

En esos momentos, rodeada por el murmullo amistoso y el aroma del café, me sentía en paz. Charlando con mis amigos, podía olvidar todos esos pequeños fragmentos de preocupación que solían atormentarme. La risa fluía fácil y las historias compartidas tejían un manto cálido alrededor de nosotras. Me acerqué a ella, sintiendo la calidez del ambiente rodeándonos.

—¡Hola!—exclamé, sonriendo al ver su expresión alegre al reconocerme. La cafetería parecía cobrar vida a nuestro alrededor, como si compartiera nuestra emoción por este reencuentro.

—¡Tanto tiempo, Lia!—dijo, utilizando el apodo cariñoso que me había dado. Habían pasado casi 6 meses desde la última vez que nos vimos, atrapadas en la vorágine de nuestros trabajos: ella como pintora y yo como editora.

—Ya te creo que sí—respondí con una sonrisa.

—Cuéntame, ¿cómo has estado? ¿Qué tal va la editorial? ¿Muchos libros? ¿Algún autor interesante?—comenzó a bombardearme con preguntas, lo que me arrancó una pequeña carcajada.

Bajo el velo de la oscuridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora