Trato - Trueno

04

Dos semana habían pasado desde que compartía techo con mateo.

No hablaban mucho realmente, compartían la cena junto a los padres de mateo y su abuela, y ella parecia muy contenta con todo.

Se veia muy bien..

Ella miraba vestidos de novia junto a la madre de mateo.
Se iba a casar, sabia que obligada, pero devia verse  linda

Habían dejado a su abuela en el hospital para que recibiera su quimioterapia.

Quería que el vestido fuera sorpresa para ella.

Pasaba los vestidos, ninguno llamaba su atención

—Vamos nena, eleje uno..—la mujer que me atendía solto.

La risada le miro con el ceño fruncido.

¿Quien se creía?

—mira, recuerda que nosotras somos las que pagamos..—Juliana solto desde el sillon donde estaba sentada mirando a la chica. — Mi nena se va tardar lo que se quiera tardar..— Le dijo esta.

La mujer sonrio fastidiada.

—claro, no era mi intención, me disculpo — Dijo esta

Valeria miro a la que iba a volverse muy ronto su suegra esta le sonrió y le guiño el ojo.

Valeria solo sonrió y volvio a mirar los vestidos.

Le resultaba una decisión tan difícil, todos eran lindos.

Ademas que le causaba un gran conflicto la situación.
Casarse por obligación y no por amor.

Que asco.

Miro hasta que un hermoso vestido cayo en su mirada, sonrio mirándolo.

Era liso, sin encaje, las mangas caian a los costados.

Era difícil de describir, pero hermoso de presenciar.

—Quiero probarme ese..— Dijo ella apuntando al vestido.

La mujer quejumbrosa rodo los ojos pero hizo caso.

Tomo el vestido y la acompaño al vestidor ayudándole a colocarlo.

Le ayudo acomodando su cabello y colocando el velo para que viera como se veria.

Se sentia rara, pero tenia que admitir que la mitad de ese sentimiento era emoción también.

No se iba a casar con su príncipe soñado, pero se iba a casar.

La mujer le ayudo a caminar a donde estaba juliana, quien al verla cubrió su boca sorprendida.

—Por el amor de dios — Dijo esta emocionada — Luces hermosa!— chillo emocionada.

Ella también estaba ansiosa, estaba también nostalgica por la chica, pero sabia que ella tampoco tenia muchas opciones para ayudarla.

Cuando un palacios posaba sus manos sobre algo o alguien ya nadie lo hacia soltarlo.

Eran rijudos con sus decisiones.

La cobriza sonrio y se giro para verse al gran espejo.
Adoro lo que vio.

Era el indicado, totalmente el indicado.

Le quedaba a la perfección.

No vería más vestidos.

—no quiero ver más, quiero este...— Dijo y miro a su casi suegra atravez del espejo esta asintió.

Y le dio ordenes a la mujer quien se fue de inmediato.

(...)

Saliendo  del lugar se fueron a casa mientra hablaban y planeaban, bueno juliana hablaba y planeaba ella solo escuchaba