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Al llegar a la casa ella iba con toda la intención de ir a su habitación, con mateo siguiéndola por detras.

Pero antes de llegar a su puerta mateo la halo al cuarto antes del suyo el cual era el de el.

Cerro la puerta detras de el y la miro.

—Mateo..

— ¿Pensabas contarme que tu padre es ese hijo de puta?— Le preguntó alzando la voz

Valeria lo miro.
Ahi estaba ese mateo que la trataba mal.

¿Dónde estaba el que la defendió hace rato?

— no sabia que lo conocían — Le susurro ella, mateo bufo.

— ¿Seguro que no? Ese infeliz nos ha robado más de lo que crees, pero no puedo matarlo, porque esta protegido por un socio importante y ahora resulta que es tu padre..— Solto mateo alzando nuevamente la voz.

La pelirroja le miro con el ceño fruncido.

— ¡No me estes gritando!— le devolvió del mismo modo

Ambos se miraron fijamente.
Sintiendo algo dentro de ellos.

— Estas jugando sucio..— Le solto mateo

Valeria nego.
Mateo la miro negar.

Sus ojos cafe que estaban cristalizados por las lágrimas y su nariz se miraba roja.

Estaba apunto de llorar.

—¿Jugando sucio?—solto ella burlona —¿De que mierda estas hablando?— Solto ella alzando un poco la voz . — ¿Crees que hago eso?— pregunto mirando con esos ojos repletos de lágrimas.

Mateo la miro y sintio un mal sabor de boca, en el pecho un sentimiento de angustia habia aparecido.

El nerviosismo en su voz era evidentemente, pero era porque parecia querer llorar.

— ¡Eres hija de ese infeliz!— Le grito ignorando el sentimiento anterior.

— ¡Lo soy!— grito ella de regreso —Pero no hay ni un solo maldito dia en el que preferiría haber muerto que seguir siendo su maldita hija!— Volvio a gritar. — no estoy jugando sucio, 13 años tenia sin ver ese estupido que me quito a mi madre!—volvio a decir.

Mateo se quedo en silencio, respirando pesadamente.

—El mato a mi madre mateo...— Le dijo.

Mateo podia ver que no mentía, verdaderamente podia sentir como ella sufría mientras lo decia.

Y por primera vez después de ver a tanta gente llorar, por primera vez sintio que su pecho dolia.

— y trato de matarme también..— Susurro.

Para después abrazarse a si misma.

Mateo sintio su garganta secarse mirando como se acurrucaba en ella misma, escuchando sus sollozos

Entonces lo embriago la necesidad de abrazarla.
No iba a negar esa necesidad, necesitaba abrazarla.

Ahora ignorando el pensamiento que le decía que no lo hiciera, que no la abrazara.

Pero ahora no le importaba.

Se acerco a ella, esta se alejo un poco por reflejo, mateo suspiro y lo volvio a intentar

Tomándole el antebrazo izquierdo y acercando le a el.

Esta le miro con sus mejillas humedas y rojas con sus ojos tristes.

La confusión en su mirada le causaba un poco de gracia a mateo, pero no iba a reírse.

Mateo le limpio las mejillas admirando esas facciones delicadas.

Trato - TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora