Las primeras señales de la primavera comenzaron a aparecer en el Reino Champiñón, y con ellas, una vibrante energía que llenaba el aire. Las flores empezaban a florecer, y los árboles se llenaban de hojas verdes y frescas.
Mario y Daisy, tras la emocionante Competencia de Kart en el Desierto, se encontraban en una etapa de sus vidas en la que sus caminos se cruzaban con frecuencia. La competencia había sido un evento memorable, pero también había dejado en ellos un deseo de profundizar en la conexión que habían fortalecido.
Una tarde soleada, Mario decidió visitar el jardín de Peach para disfrutar del hermoso clima y la tranquilidad del lugar. Mientras paseaba por los senderos floridos, se encontró con Daisy, quien estaba sentada en un banco bajo un gran roble, leyendo un libro.
Mario: ¡Hola, Daisy!.
Saludó Mario, acercándose con una sonrisa.
Daisy levantó la vista de su libro y le sonrió al verlo.
Daisy: ¡Hola, Mario!.
Dijo, marcando la página en la que estaba.
Daisy: ¿Qué te trae por aquí?
Mario: Solo quería disfrutar del buen tiempo.
Respondió Mario.
Mario: Y parece que tú también estás aprovechando el día.
Daisy: Sí, es un lugar tan tranquilo para relajarse.
Dijo Daisy, cerrando su libro.
Daisy: Me alegra verte. ¿Te gustaría sentarte un rato?
Mario aceptó con gusto y se unió a Daisy en el banco. Mientras se acomodaban, la conversación fluyó de manera natural, desde los eventos recientes hasta sus planes futuros.
Daisy: He estado pensando mucho, me gustaria hacer un torneo de carreras. Recuerdas en el reino de Peach, la carrera del mes pasado.
Dijo Daisy, mirando el jardín.
Daisy: Fue una experiencia increíble.
Mario: Sí, lo fue.
Respondió Mario.
Mario: Y no solo por la competencia, sino por todo el tiempo que pasamos juntos.
Daisy asintió, sintiendo una cálida sensación en su pecho. La amistad que compartían había crecido, y a medida que conversaban, ambos podían sentir que había algo más en juego.
A medida que la conversación avanzaba, Mario y Daisy se dieron cuenta de que sus sentimientos por el otro eran más profundos de lo que habían imaginado. La atmósfera serena del jardín y la cercanía física aumentaban la intensidad de sus emociones. Mario miró a Daisy con una expresión de reflexión, y Daisy, notando la mirada, se giró para enfrentarle.
Daisy: Mario, hay algo que he estado pensando.
Dijo Daisy, su voz un poco temblorosa.
Daisy: Desde esa carrera en el reino champiñon, he sentido que nuestra conexión ha cambiado, y no sé cómo expresarlo.
Mario sintió un nudo en el estómago al escuchar sus palabras. Había estado sintiendo lo mismo, pero no estaba seguro de cómo abordarlo.
Mario: Yo también he sentido eso.
Admitió Mario.
Mario: Siento que hay algo más entre nosotros, algo que no podemos ignorar.
La sinceridad en sus voces y las miradas que compartían creaban un ambiente íntimo y cargado de emoción. Daisy tomó una respiración profunda y decidió ser abierta sobre sus sentimientos.