Decoraciones

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La sala estaba llena de risas y susurros emocionados mientras los niños mostraban orgullosamente sus figuras de origami. Algunos ya estaban preguntando qué historia contarían los voluntarios sobre sus animales favoritos, y HoSeok como el colíder extrovertido que es, fue el primero en responder.

—Mi animal favorito es la ardilla —dijo con una sonrisa entusiasta, sosteniendo la pequeña ardilla de papel que había hecho con la ayuda de un niño—. Cuando era pequeño, siempre veía a las ardillas correr y saltar de un árbol a otro en el parque cerca de mi casa. Me fascinaba cómo eran tan rápidas y siempre parecían estar llenas de energía, como si estuvieran disfrutando cada momento. Un día, traté de imitarlas y subí a un árbol... aunque no fue tan exitoso —rió, provocando las carcajadas de los niños—. Pero desde entonces, las ardillas me recuerdan lo importante que es mantenerse activo y disfrutar de la vida al máximo.

Los niños se rieron y algunos compartieron sus propias historias sobre ver ardillas en los parques, mientras otros intentaban imitar los movimientos rápidos de las ardillas.

NamJoon fue el siguiente, sosteniendo con cuidado su koala de origami.

—Mi animal favorito es el koala —comenzó—. Cuando era niño, me encantaba leer sobre diferentes animales, y un día descubrí a los koalas. Me fascinó cómo se ven tan tranquilos y relajados, abrazados a los árboles, durmiendo la mayor parte del día. Pero lo que más me gustó de ellos es cómo, a pesar de su vida pacífica, son increíblemente fuertes y resistentes. Me di cuenta de que a veces, no se trata de hacer mucho ruido o estar siempre ocupado; a veces, la verdadera fuerza está en ser tranquilo y estar en paz con uno mismo.

Los niños escucharon con interés, algunos imaginándose a NamJoon como un koala, calmado y sereno. Mientras tanto, SeokJin se apoyó en la pared, observando cómo NamJoon y HoSeok seguían interactuando con los niños, sus personalidades contrastantes creando un equilibrio perfecto en la sala. NamJoon, con su calma y paciencia, parecía un ancla para los más inquietos, mientras que HoSeok, con su energía y entusiasmo, levantaba los ánimos de quienes se sentían más decaídos.

"Es increíble cómo se complementan tan bien" pensó SeokJin, con una pequeña sonrisa formándose en sus labios. "NamJoon es como la tierra firme, alguien que siempre te da estabilidad. Y HoSeok... él es como el sol, siempre irradiando esa luz y calor que todos necesitamos a veces."

SeokJin dejó escapar un suspiro suave, sintiéndose afortunado de ser testigo de esa dinámica y de poder llamarlos amigos. Finalmente, SeokJin habló, mostrando su alpaca de origami.

—Mi animal favorito es la alpaca —dijo con una sonrisa cálida—. De niño, vi una vez una alpaca en un zoológico, y me sorprendió lo suaves y esponjosas que eran. Parecían tan amables, siempre con una expresión tranquila en su rostro. Pero lo que realmente me hizo amarlas fue cómo siempre parecían estar ahí para sus amigos, compartiendo su calor y protegiéndose mutuamente. Desde entonces, me gustan las alpacas porque me recuerdan la importancia de estar ahí para los demás, de ser ese apoyo cálido y confiable para quienes te rodean.

Los niños sonrieron, algunos susurrando entre ellos lo genial que sería tener una alpaca de verdad como amiga.

Mientras los niños continuaban conversando, SeokJin se levantó y comenzó a recoger cuerdas y pinzas para colgar los origamis en el techo. A su alrededor, las risas y charlas llenaban la sala, creando una atmósfera de pura felicidad y amistad. SeokJin trabajaba con cuidado, asegurándose de que cada origami quedara bien colgado, formando un arcoíris de animales de papel suspendidos en el aire.

Mientras colgaba las figuras, escuchó a Danielle, otra voluntaria demasiado joven, contar su historia sobre cómo los perros se convirtieron en su animal favorito. Su voz suave y llena de cariño se mezclaba con los murmullos de los niños que aún hablaban de las historias de HoSeok, NamJoon y SeokJin.


Cuando Seokjin terminó de colgar el último origami, retrocedió un paso para admirar el trabajo colectivo. El techo ahora estaba lleno de pequeñas figuras de animales, cada una con su propio encanto, balanceándose ligeramente con la brisa suave que entraba por las ventanas. Había ardillas, koalas, alpacas, perros, y más, todos hechos con papeles de colores brillantes. Los niños, los padres, y los voluntarios se tomaron un momento para observar las decoraciones, sus rostros iluminándose con sonrisas de satisfacción.


Los murmullos de admiración llenaron la sala. Algunos de los niños señalaban sus propias creaciones, emocionados por verlas colgadas en lo alto. Los voluntarios que habían terminado de contar sus historias también levantaron la vista, compartiendo miradas de complicidad y orgullo con SeokJin.

NamJoon se adelantó, tomando la atención de todos con una suave palmada.

—Bueno, chicos, antes de que terminemos por hoy, tenemos una última actividad para ustedes —anunció con su voz cálida y reconfortante—. Ahora que hemos hecho estos hermosos origamis, quiero que todos dibujen el animal que hicieron. Tómense su tiempo para darle vida en sus dibujos, y no olviden escribir su nombre en la hoja, así sabremos quién hizo cada obra maestra.


Los niños reaccionaron con entusiasmo, algunos ya imaginando cómo dibujarían sus animalitos. Los voluntarios se movieron por la sala, repartiendo hojas blancas y materiales de dibujo: crayones, lápices de colores, y marcadores. La energía en la sala se sentía renovada, como si la primera actividad hubiese encendido aún más su creatividad.

SeokJin caminó entre los grupos, asegurándose de que todos tuvieran lo que necesitaban. Mientras lo hacía, no podía evitar echar otra mirada hacia el techo, admirando cómo cada origami había encontrado su lugar en la decoración, creando un mosaico de colores y formas que representaba el esfuerzo colectivo del día.


—Realmente hicimos un buen trabajo —murmuró para sí mismo, satisfecho con cómo todo había resultado. Los niños ahora estaban concentrados en sus dibujos, y los voluntarios se inclinaban para ofrecer ayuda o simplemente para compartir una sonrisa de aliento. Todos estaban tan involucrados, tan presentes, y eso lo hacía sentir increíblemente afortunado de estar allí.


NamJoon pasó a su lado, y SeokJin le ofreció una sonrisa tranquila.


—Buena idea la de los dibujos, Jonnie —dijo SeokJin en voz baja.


—Gracias, Jin. Pero todo esto no habría sido posible sin el trabajo de todos. Especialmente el tuyo, colgando los origamis —respondió NamJoon, devolviéndole la sonrisa antes de seguir revisando cómo avanzaban los niños.


SeokJin asintió, sintiéndose reconfortado por las palabras de su amigo. El día estaba llegando a su fin, pero en ese momento, todo parecía haber valido la pena. Desde los pequeños detalles hasta la satisfacción en los rostros de los niños, SeokJin sabía que habían logrado algo especial.

The Light Is Coming - YoonJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora