Era otro día tranquilo en la Preparatoria Sobu. Ayanokouji, como de costumbre, caminaba por los pasillos con una expresión neutral, observando su entorno sin llamar la atención. Su objetivo era simple: adaptarse a este nuevo entorno mientras mantenía un perfil bajo. Sin embargo, esa mañana, notó que algo había cambiado. Al girar la esquina hacia su aula, se encontró cara a cara con Hayato Hayama.
Hayama era el típico estudiante popular: alto, con una sonrisa amigable y una presencia que irradiaba confianza. Era alguien que todos en la escuela parecían admirar o, al menos, respetar. Ayanokouji había escuchado su nombre varias veces desde su llegada, pero hasta ahora no había tenido ninguna interacción directa con él.
—Buenos días —saludó Hayama con una sonrisa relajada—. Tú debes ser el nuevo estudiante, Ayanokouji Kiyotaka, ¿verdad?
Ayanokouji asintió con una leve inclinación de cabeza.
—Así es. Buenos días, Hayama-kun.
Hayama mantuvo su sonrisa mientras continuaba la conversación, pero Ayanokouji notó un leve destello de curiosidad en sus ojos.
—He escuchado un poco sobre ti —dijo Hayama, metiendo las manos en los bolsillos—. Parece que te estás adaptando bien, aunque no eres exactamente el tipo de persona que se mezcla fácilmente con los demás.
Ayanokouji percibió la sutileza detrás de esas palabras. Aunque la frase de Hayama sonaba amistosa, llevaba una carga implícita, como si estuviera evaluándolo.
—Supongo que prefiero observar antes de involucrarme —respondió Ayanokouji, manteniendo su tono neutral.
Hayama asintió, como si estuviera de acuerdo con esa afirmación.
—Eso es comprensible —dijo—. A veces es mejor tomar las cosas con calma. Si alguna vez necesitas algo o tienes preguntas, no dudes en buscarme. Siempre estoy dispuesto a ayudar a los nuevos estudiantes a sentirse cómodos.
Ayanokouji agradeció la oferta con una ligera inclinación de cabeza. Aunque la conversación había sido breve, había sido suficiente para que ambos se analizaran mutuamente. Ayanokouji tenía la impresión de que Hayama no era alguien que se dejara engañar fácilmente por las apariencias. Sin embargo, por ahora, no tenía motivos para sospechar de él.
Cuando terminó la clase de la mañana, la profesora Hiratsuka se acercó a Ayanokouji mientras los estudiantes comenzaban a salir para el receso.
—Ayanokouji, ¿puedes venir a mi oficina un momento? —dijo con una voz firme pero amable.
Ayanokouji asintió y la siguió por los pasillos hasta llegar a la oficina de la profesora. Hiratsuka se sentó detrás de su escritorio e indicó a Ayanokouji que tomara asiento frente a ella. La habitación estaba decorada con pilas de libros, algunos diplomas enmarcados en las paredes, y una taza de café humeante sobre el escritorio.
—Bueno, Ayanokouji —comenzó Hiratsuka—, quería hablar contigo sobre cómo te estás adaptando a la escuela. ¿Cómo te has sentido estos primeros días?
Ayanokouji tomó un momento antes de responder, midiendo sus palabras cuidadosamente.
—Ha sido un cambio interesante, pero me estoy adaptando.
Hiratsuka lo observó con sus ojos penetrantes, como si intentara leer más allá de sus palabras.
—Eres bastante reservado, ¿verdad? —comentó, casi como una afirmación en lugar de una pregunta—. No te he visto interactuar mucho con tus compañeros. ¿Es esa tu forma de manejar las cosas?
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Ayanokouji en oregairu
FanfictionAyanokouji Kiyotaka, un joven que ha pasado toda su vida atrapado en la estricta y despiadada Sala Blanca, finalmente logra escapar con la ayuda de Matsuo, su único aliado. Ahora, con un pasado cuidadosamente fabricado, se inscribe en la secundaria...