Ayanokouji entró al salón esa mañana con la misma expresión indiferente de siempre. No se preocupaba mucho por las clases, pero sabía que debía mantener su rutina y evitar llamar la atención. En cuanto cruzó la puerta, se encontró con Hachiman Hikigaya, que estaba en su escritorio, absorto en sus pensamientos como de costumbre. Ayanokouji le ofreció un ligero saludo, apenas inclinando la cabeza, a lo que Hachiman respondió con un gruñido apenas audible.
Todavía era temprano, así que Ayanokouji decidió aprovechar el tiempo y sacó su teléfono. Había estado buscando un trabajo de medio tiempo para complementar el poco dinero que le quedaba. Necesitaba una fuente de ingresos si quería mantener su independencia y no tener que depender de nadie más. Después de unos minutos de búsqueda, encontró algo que llamó su atención: un anuncio de trabajo en un lugar llamado "Ladder Cafe". Era un elegante bar y salón ubicado en la azotea del Royal Okura Hotel, y estaban buscando empleados para el puesto de mozo. Parecía una buena opción, con horarios flexibles y un ambiente que podría ser útil para obtener información o simplemente mantenerse alejado de los ojos de los que lo observaban.
Cuando estaba a punto de seguir investigando el lugar, escuchó la alegre voz de Yui Yuigahama entrando al salón.
-¡Yahallo, Ayanon-kun! -dijo Yui con su típica energía, saludándolo con una sonrisa.
Ayanokouji levantó la vista de su teléfono y asintió ligeramente. -Hola, Yuigahama.
Ella parecía alegre como siempre, y aunque Ayanokouji la consideraba alguien ingenua, no podía negar que su personalidad irradiaba una especie de calidez que contrastaba con la seriedad de muchos de sus compañeros. El día de clases continuó de manera rutinaria, con Ayanokouji casi ausente mentalmente mientras pensaba en su potencial nuevo trabajo y los planes para la tarde.
Cuando las clases terminaron, Ayanokouji se dirigió al Club de Servicio Voluntario, un paso que había decidido tomar para observar las dinámicas sociales desde más cerca. Sabía que involucrarse más activamente en las actividades del club le permitiría obtener una mejor comprensión de las personas con las que compartía la escuela. No podía permitirse pasar desapercibido del todo; debía equilibrar su bajo perfil con la necesidad de obtener información.
En el camino, se encontró nuevamente con Hachiman, quien también se dirigía al club. Caminaron juntos, en silencio al principio, hasta que Ayanokouji decidió romper el hielo.
-¿Qué esperas lograr en el club? -preguntó sin realmente esperar una respuesta profunda.
Hachiman lo miró de reojo. -Nada en particular. Hiratsuka-sensei me obligó a unirme... ya sabes cómo es.
Ayanokouji asintió. Conocía bien ese tipo de imposiciones. Ambos continuaron caminando hasta llegar al salón del club. Al abrir la puerta, encontraron a Yukinoshita Yukino, la presidenta del club, sentada en una silla, leyendo tranquilamente un libro. Su figura elegante y su expresión siempre fría creaban una atmósfera de distancia. Sin embargo, eso no parecía molestar a Ayanokouji.
-Bienvenidos -dijo Yukino sin levantar la vista de su libro-. Hoy será tu primer día como miembro oficial del club. Asegúrate de no causar problemas.
Antes de que Ayanokouji pudiera responder, la puerta se abrió nuevamente y apareció Yui, con su acostumbrada energía.
-¡Yahallo a todos! -saludó Yui, rompiendo la tensión que podía haber en la habitación. Se acercó rápidamente a Yukino y comenzó a charlar animadamente con ella.
Mientras Yui y Yukino conversaban sobre trivialidades, Ayanokouji y Hachiman permanecieron en silencio, ambos inmersos en sus pensamientos. Ayanokouji observaba con interés la interacción entre las dos chicas. Mientras más las observaba, más entendía las sutilezas de las relaciones sociales en su entorno.
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Ayanokouji en oregairu
FanfictionAyanokouji Kiyotaka, un joven que ha pasado toda su vida atrapado en la estricta y despiadada Sala Blanca, finalmente logra escapar con la ayuda de Matsuo, su único aliado. Ahora, con un pasado cuidadosamente fabricado, se inscribe en la secundaria...