Capítulo XIV

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Ivy

Los ensayos se dieron de maravilla, cómo ya nos conocíamos más fue facil y rápido. El guión nos lo aprendimos rápido pero aún faltaban algunas cosas por mejorar.

En esta película, Ulises rebelaba que de niño tocaba el violín, pero que ya no le gustaba por que le hacía pensar en sus padres (resulta que los padres de él fueron fieles seguidores del malvado Selor Leigh, cuando él lo descubrió quedó destrozado) Teseo le hacía ver qué eso no estaba mal, que por más que ellos sean malas personas, seguían siendo sus padres pero que ahora cuando tocará, que pensará en todas las personas a las que quería salvar y por quienes tenían que seguir luchando. Que pensará en ellos, Helena y Teseo.

Así que para esta película Micah tuvo que aprender a tocar el violín. No fue fácil, pude notar eso. Pero Micah aprendió sorprendentemente rápido. Aún que creo que se obseciono un poquito (bastante).

De repente ya estábamos a mediados de enero.

Las cosas fuera del estudio estaban bien…bueno, casi. Papá ya no dormía tanto en casa. Mamá tenía ojeras. Laila me sacaba mucho a pasear. Yo ya tenía doce años, no soy una tonta. Sé que ellos no están bien, cada cierto tiempo les pasa, pero siempre vuelven a amarse de alguna o de otra manera…tengo la esperanza de que sea asi otra vez.

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Marzo. Jade estaba actuando raro, ya no le dejaban quedarse a dormir tanto en mi casa. Tampoco fue más a la casa de Micah. Él y yo estamos muy preocupados, pero Jade no habla de nosotros sobre sus problemas.

En realidad, ninguno de nosostros lo hacemos. Antes de siquiera pensar en ponerme triste estamos riendo y jugando.

🎬🎬🎬

Acabo de tener mi primera menstruación. Y ya la odio.

Fue horrible, sentí una presión extraña en mi vientre y dolía, todo el día en el set me sentí rara. De repente, cuando termine de grabar una escena, Genevieve se acercó a mi con rapidez y me pasó su gran abrigo que me tapaba hasta los pies.

—Mira, cariño…¿Podemos hablar? — preguntó mientras me alejaba de los demás y me guiaba al baño —¿Sabes lo que es la menstruación y esas cosas? Ya sabes, estás grandecita…

—¡No me digas! — dije sacándome el abrigo y lleve mi mano a la parte trasera de mi pantalón. Grité. Me encerré en el baño. Esto era tan vergonzoso. No quería salir más.

Genevieve se fué y volvió con toallitas femeninas y con un cambio de ropa, yo no quería salir así que ella dijo:

—Cuando me vino la regla por primera vez, el único que estaba en casa era mi hermano, Lorenzo. Yo estaba asustada, no entendía que me pasó, grité y Lorenzo corrió a verme. Él tampoco entendía mucho, eran otras épocas después de todo — ríe levemente —. Pero me dijo que había escuchando a unas compañeritas de la escuela hablar de algo llamado “la regla” y que venía todos los meses. Y era sangre. Yo estaba asustada, me limpie y me puse un trapo. Lorenzo me abrazó y me dijo que no me asusté, que era normal, que solo era mi cuerpo creciendo y desarrollándose. Que le preguntará a mamá pero que sobre todo, no me tenga asco a mí misma. No podía controlar eso, ahora era parte de mi.

—Ahora es muy diferente — dije limpiando una lágrima.

—Lo es, pero ¿Por qué lo diferente es malo? Yo creo que solamente son aventuras nuevas para transitar, después de todo, Helena destruyó a todo un pelotón a los quince año y, con la regla.

Reí.

—Pero yo no soy Helena.

—Lo eres, María. Nunca digas que no, así que sal de ese baño y da la cara al mundo, sigues siendo tú.

Así lo hice. Aún que ese día me fui temprano, mamá me compró helados, incluso ropa nueva. La verdad, no fue tan malo.

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