Y ahora, infiernos... conoce a Tanya

Capítulo 21: El heredero de Crimson

Érase una vez, en el círculo de la Avaricia, un administrador irresponsable a la cabeza de un orfanato hizo un trato con Crimson, el entonces señor de la mafia en ascenso. Pero cuando llegó el momento de pagar sus deudas, no encontró ni un centavo en su interior, pues lo había perdido todo en el juego.

El calmado Crimson le dijo al administrador: "Eso está perfectamente bien. Después de todo, somos vecinos. Y administrar un orfanato es una tarea ardua. Y siempre me considero muy cálido". Y ni un segundo después, uno de sus muchos secuaces arrojó un galón de gasolina sobre el administrador del orfanato y le prendió fuego.

El edificio se incendió, mientras Crimson y sus secuaces lo miraban casi con aburrimiento. Pocos salieron del edificio carbonizado, y los que lo hicieron, huyeron lejos de todos ellos.

Pero una pequeña niña-lobo había salido del edificio, después de inhalar el humo del fuego ardiente. En el lugar cayó inconsciente. Cuando finalmente recuperó el sentido, se encontró frente a una criatura con cabeza de mono y un diablillo rojo alto con un sombrero de alas anchas.

"¿Por qué diablos la trajiste, Alexei?" preguntó el diablillo rojo. "Los niños normalmente son solo un estorbo".

"Lo siento, señor Crimson, solo sentí pena por ella", dijo el hombre mono de aspecto joven.

"¡Entonces tal vez debería haberle disparado! ¡Eso habría puesto fin a su miseria!" Crimson luego volvió su mirada hacia la chica lobo y agregó. "Oh, mira, está despierta. ¡Si comienza a llorar, le meteré una bala en el cráneo solo para callarla!"

Eso envió un escalofrío por la columna de Anastasia como ningún otro que hubiera experimentado antes.

"E-Espera, espera, espera..." dijo la criatura con cabeza de mono, con cierta mirada preocupada. —Quizás, en lugar de eso, ¿por qué no le haces vender su alma? Pónlala a tu servicio. Tal vez podríamos entrenarla para que cumpla nuestras órdenes.

—¿Crees que tengo tiempo para hacer esas tonterías?

—¡No tienes que hacerlo! ¡Lo haré por ti! Vamos, señor Crimson. Sabes que necesitamos personal competente. Y ya sabes lo que dicen: consíguelos mientras son jóvenes y serán tuyos para siempre.

Anastasia, por su parte, de repente y en silencio comenzó a llorar. Su vida estaba en juego y no había nada que pudiera hacer al respecto.

—Hmm... si resulta ser una mala inversión, te haré responsable de ello. Y sabes que no me gusta que me decepcionen, Alexei.

—Sí... lo sé. Haré lo mejor que pueda con ella. Lo prometo.

—Lo que sea. Crimson se acercó a la chica lobo, que tenía la mirada más aterrorizada en su rostro.

—Escucha, niña. No tengo tiempo que perder con una mocosa. Así que te ofreceré esto solo una vez. Me darás tu alma y me servirás por el resto de tu vida. Y a cambio no te mataré ahora mismo. ¿Entiendes? —Sin palabras saliendo de ella, la joven loba solo asintió. —Bien. —Crimson extendió su mano, con un verde azulado en ella, y dijo—: ¿Tenemos un trato? Estrecha mi mano y se hará. —Y la aterrorizada loba vendió su alma al diablillo alto. —Ahí vamos. Mi nombre es Crimson, por cierto, y este es tu nuevo maestro, Alexei —agregó el diablillo haciendo una señal al hombre con cabeza de mono—. Haz lo que te diga hasta nuevo aviso. —Y Crimson se puso de pie y salió de la habitación.

—Hola —dijo Alexei a la loba con una sonrisa incómoda—. ¿Cuál es tu nombre?

La joven loba se quedó mirando fijamente al hombre con cabeza de mono, incapaz de pronunciar una sola palabra, debido a la gran cantidad de terror que sentía en ese momento.