2. 𝓔𝓵 𝓱𝓲𝓳𝓸 𝓭𝓮 𝓫𝓪𝓽𝓶𝓪𝓷

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El silenció se había hecho eterno para el chico al que ahora observaban con impresión.

El jóven Robin es en realidad...mi hijo. Esas palabras pronunciadas por la voz de Alfred y la carta leída en primera persona resonaba como un eco capaz de calarle hasta el último hueso.

Robin no sabía que hacer, quería correr, que la tierra se abrierá bajo de si para poder ocultarsé de las miradas sorprendidas de los grupos de héroes.

Al final. Optó por la primera opción.

___!Robin, esperá!___ El gritó de Raven se perdió en medio del frío viento de la noche.

Corrío tan rapido como pudo, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos, eran tantas emociones juntas en un solo momento que era abrumador.

El restó de personas presentes en el lugar de la revelación, se miraban entre ellos sin saber que ocurría, tal vez habían escuchado mal. Otros reían a carcajadas por el hecho de que ese tal Robin fuese el famoso "chico maravilla" que logró ablandar el corazón de Batman, por una única vez.

Los titanes, por primera vez después de mucho tiempo, no tenían animos de reír, ni de comer, ni de lanzar maldiciones silenciosas y tampoco tenían ganas de ayudar a su líder. Sabían que necesitaba tiempo, era algo inesperadó pero igual lo veían venir.

La admiración de Robin hacía Batman no era solo por ser el héroe de su infancía, si no también porque era la única figura paterna que tenía desde que lo adoptarón.

De pronto, se sentían mal por haber hecho de la vida de alguién tan bueno como Robin que solo quería estar bien y ser feliz. Un infierno.

Robin no iría a la torre titan esa noche, eso estaba claro, y está vez, serían personas responsables, dejandó que su líder tomé el tiempo que necesita para recuperarsé. Se fuerón de ese lugar apenas los rayos de luna alcanzarón su punto más alto.

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No hiba a reír, no está vez, este era un tema delicado del cuál no hiba a reírse, al principió creyó que era mentira, una simple broma sin gracia, pero cuando sus ojos viajaron de forma instintiva hacía el chico que ahora tenía la mirada pérdida en el punto alto del edificio. Supo que no era una broma.

Vio a Robin correr y escucho el sonoró grito de su compañera llamandoló, y aún así, el jóven no se detubó. Flash sabía que Robin necesitaba tiempo, pero está vez, sus piernas actuaron por si solas, escabullendoce en medio de los miles de murmullos hacía el chico, le molestaba, le hacía hervir la sangré escucharlos. Aceleró el paso hasta que logro escapar de la pila de personas reunidas.

Su verdaderá carrera acababa de comenzar, y su objetivo era claro, encontrar a Robin.

No sabía para que, o quizá si, pero le costaba aceptar que quería ayudar al jóven que le rompió la pierna más de 3 veces.

pero era lo mínimo que podía hacer, ayudarlo. Después de todo, lo necesitaba, y él lo ayudaría, solo por esa única vez.

𝖢𝗁𝗂𝖼𝗈 𝖬𝖺𝗋𝖺𝗏𝗂𝗅𝗅𝖺. 𝗟𝗼𝘀 𝘀𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗥𝗼𝗯𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora