JEONLa noche poco a poco fue desdibujándose en el cielo. Tintes anaranjados y amarillentos lo sustituyeron a medida que el amanecer se acercaba y mis labios dejaron escapar el humo que salía por mi boca.
—Llegamos, las bajamos, las ponemos de rodillas y apuntamos sus cabezas. Sin miramientos, haz el favor y no estropees algo tan simple por encaprichamientos tontos.
Bajé el cigarrillo y dejé que la colilla cayera al suelo de la entrada.
Resoplé ante eso, sintiendo de repente un leve tirón en el tórax por su insinuación.
—Nada ha cambiado. El plan sigue en marcha
Sus ojos escondían palabras que no me dijo. Lo sentí por el corto estudio que hizo en mí, como si tratara de pelar cada capa que escondía mis verdaderos pensamientos.
Pero aquel examen terminó pronto, porque me sonrió y tomó del hombro como siempre hacía. Cass podía llegar a ser el arma mas filosa y sanguinaria de mente fría jamás antes existido, pero tras esa faceta suya se escondía aquel viejo amigo con el que compartí mis primeras risas y primeros golpes.
Me conocía mejor que nadie, y eso era mucho que decir, dado que nadie nunca se detuvo a querer indagar en mi interior, mucho menos en mis sentimientos o cabeza.
Por ello, esa mirada que persistía en sus ojos me inquietó, aunque demostré lo contrario al serle indiferente, pero la inquietud trepó por mi piel y solo pude devolverle la sonrisa y mostrarme igual de apacible a como siempre me mostraba.
Ocultando el arrebato de mis sentidos por cierta princesa encerrada ahora en su habitación. Intentando mantener en la oscuridad el torbellino que empezaba a formarse en mi cabeza por el embrujo de esas pecas y labios carmesí.
—Eso espero. La verdad es que no me gustaría verte metido hasta la mierda por esa princesita—tomó un sorbo del licor que tenía entre manos. Un bote pequeño. Cass siempre llevaba uno encima—. Cuando Koa habló de ella jamás pensé que fuera tan... agraciada. Definitivamente sacó todo lo bueno de su madre.
Que Cass mencionara cuán embelesadora la encontró hizo que mi mandíbula se apretara, tuve que llevar el cigarrillo de nuevo a mis labios para empujar a un lado la imagen de aquel rostro tan cautivante. Incluso de aquellos muslos tan tonificados y a la misma vez hechos de porcelana.
Solté el humo y me centré en mi presente.
—Una cosa deliciosa—saboreé las palabras. Su imagen no salió de mi cabeza. Y me jodió el doble saber que la tenía a pocos metros de distancia—. Pero muy riesgoso para tan solo una noche.
Dije aquello sin sentirlo realmente. Quise dejar un punto, uno que Cass entendió a la perfección porque asintió coincidiendo conmigo, lo que me permitió apartar la preocupación de una posible sospecha de su parte.
Una noche con Lisa Manoban. Pensé en ello una, dos veces. Pero definitivamente, no la quería para una noche. Mi pecho rugía por querer mucho más de ella.
—Te prometo que, una vez terminemos esto, saldremos a distraernos un poco. El Arenal trajo nuevos espectáculos. Buenos rostros, placer asegurado...
—¿Neva estaría de acuerdo con eso?— reí de tan solo pensar en ello, imaginé que así aligeraría el ambiente y sacaría el humor reluciente de Cass, pero ocurrió todo lo contrario, porque su rostro se contrajo y soltó mi hombro.
—Neva tiene las noches ocupadas con su prometido. No me necesita, ya lo ha repetido bastante y no pienso ser su perro faldero una tercera vez.
Y con eso, se fue, adentrándose de nuevo en la casa para, tal vez, preparar todo para nuestra salida y aplastar cualquier pensamiento que produje de Neva en él por mi pregunta

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Violets for guns || Lizkook
FanfictionEn una noche de sangre y muerte el destino decidió unirnos. Pensaba que haber sido retenida y usada como una rehén por un hombre enmascarado era la peor de las desgracias. Un hombre que no volvería a ver jamás. Un rapto fugaz. Todo volvería a ser co...