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Ciao

Dan había invitado a Jessy a una cita, según lo que ella misma me dijo, a manera de disculpa por haber incumplido con lo del trabajo en el bar de su hermano. Cerca de la habitación donde me estaba quedando quedaba una pequeña boutique, donde nos encontrábamos en el momento. Se había probado ya dos opciones de ropa: un vestido negro y blanco, y unos jeans con una camiseta beige. La discusión con Cleo, la noche anterior, ya parecía haber quedado en el olvido, lo que me parecía maravilloso porque sentía que no iba a conseguir lidiar con un problema más, sobre todo cuando no eran míos.

Iban dando las seis de la tarde, aunque ya había oscurecido bastante y tenía la urgencia de regresar no solo a mi habitación sino también a continuar con la búsqueda de nuevas pistas.

—Me parece que la segunda opción es mucho mejor, te queda muy bien —le dije.

—A mí también, ¡gracias, Max! Eres la mejor.

Aunque sonaba emocionada, seguía dándome la impresión de que no estaba del todo convencida con la cita. Jessy volvió a uno de los vestidores para cambiarse, momento que aproveché para revisar el teléfono, que aparte de mis conversaciones habituales, no tenía ningún mensaje de Jake y aún no sabía cómo tomármelo, porque era algo común desde que se puso en contacto conmigo. Quizá el único gran avance entre los dos era que ahora al menos sabía su nombre y que, de alguna manera, le gustaba. Dicho por él mismo, cambiaba mucho la situación y lo que yo comenzaba a esperar, entre esas cosas estaban esos mensajes que no llegaban. A decir verdad, el saber tan poco de él era lo que más me asustaba, porque aun con eso, seguía sintiéndome terriblemente atraída hacía su persona; aun cuando no tenía la menor idea de cómo era su rostro, pero que de cualquier forma pasaba demasiado tiempo pensándolo y queriendo más de lo que hasta ahora se me daba.

—¿Llevas algo más? —Le pregunté a Jessy cuando salió.

Negó y me puse de pie, dirigiéndonos enseguida a la caja para pagar. Para mi sorpresa, aquello nos quitó mucho más tiempo del que imaginé, debido a que Jessy estableció una conversación con la chica que atendía, al parecer se conocían desde la época escolar. Después de varios minutos me dio la impresión de que solo intentaba dejar pasar el rato mientras terminaba de decidirse sobre la cita con Dan. A mí ya me parecía bastante extraño que le hubiera dicho que sí, aunque bueno, no estaba al tanto de cuál era la relación entre los dos antes de mi llegada, porque en lo que yo había visto, todo se quedaba en la cordialidad de amigos; me parecía incluso, que hubiese tenido más sentido que saliera con Richy.

Cuando salimos, nos quedamos en la acera, predispuestas a la despedida.

—¿Qué haces ahora? —preguntó ella al cabo de unos segundos.

—No sé —me encogí de hombros—, pensaba comprar de comer y beber algo mientras llamo a mis padres o solo continuar tratando de averiguar un poco más sobre todo esto. No lo decido aún.

—Eso suena estupendo...

—¿A qué hora quedaste con Dan?

—Creo que voy unos cinco minutos sobre el tiempo —hizo una mueca—. Ya me ha enviado un mensaje avisándome que está en el restaurante.

—¿En cuál quedaron?

—Black Svan, es mi restaurante favorito y...

—Hay un pero, ¿verdad?

—No sé si Dan merezca que vaya. Lo estaba pensando y creo que ir a cenar con él no solucionará nada de lo que causó. Preferiría irme a mi casa y pedir comida también.

La Red [Duskwood]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora