entre la espada y la pared

prólogo

La fría luz de la luna se filtraba a través de las ventanas de la pequeña comisaría, creando sombras alargadas que se extendían por el suelo. En la sala de interrogatorios, Martin esperaba en silencio, con las manos entrelazadas y la mirada fija en un punto invisible, como si estuviera perdido en un pensamiento al que nadie más tenía acceso. 

La desaparición de Laura había puesto patas arriba su mundo. Una joven llena de vida, cuyos sueños fueron cortados de golpe en una oscura e inexplicable noche. La última persona que la vio con vida fue su primo, Martin. Un hecho que lo convertía, a los ojos de la ley, en el principal sospechoso. Pero más allá de las evidencias circunstanciales, había algo en la mirada de Martin que desconcertaba a Juanjo, el inspector encargado del caso. Una mezcla de angustia y honestidad que lo hacía dudar de lo que era tan obvio para los demás.

Juanjo había resuelto innumerables casos en su carrera, su reputación como el mejor inspector de la policía lo precedía. Para él, la verdad siempre había sido una línea clara que separaba lo correcto de lo incorrecto, lo culpable de lo inocente. Pero desde que conoció a Martin, esa línea se desdibujó en una serie de grises desconcertantes.

El deber y el corazón rara vez son aliados, y a medida que Juanjo profundiza en la investigación, se encuentra enredado en un dilema imposible: ¿Cómo actuar cuando la verdad y el deseo chocan en un conflicto insuperable? Las pruebas principales apuntan hacia Martin, pero su corazón, en una traición silenciosa, se inclina hacia él de una manera que nunca había experimentado antes.

Con cada paso que da hacia la resolución del caso, Juanjo sabe que se acerca no solo a la verdad sobre la desaparición de Laura. La justicia es ciega, dicen, pero ¿podrá él mantener los ojos cerrados ante los sentimientos que comienzan a brotar en su interior? O, ¿será el amor lo que lo cegará, llevándolo a cometer el error más grande de su vida?

El reloj en la pared marcó la medianoche. Afuera, el aullido del viento se mezclaba con el retumbar distante del trueno. Mientras la tormenta se intensificaba, Juanjo sabía que el verdadero tormento estaba por desatarse dentro de él. Las decisiones que tomara en los próximos días definirían no solo su carrera, sino también su corazón. Y la única pregunta que quedaba era: ¿A qué precio estaba dispuesto a resolver el caso?