Nuestro protagonista, después de horas de arduo trabajo, finalmente terminó de limpiar el cuartel. Con un suspiro de alivio, guardó las herramientas de limpieza y salió al exterior, estirando sus brazos y piernas entumecidos.-Bien ahora sí parece un cuartel de elite-
El cielo brillaba con algo de intensidad, calentando su piel e iluminando el paisaje. Cerró los ojos, disfrutando del calor y del fresco aire libre después de estar encerrado en el cuartel durante tanto tiempo con el olor de los productos de limpieza.
Sonrió, sintiendo una sensación de libertad y paz. Se dirigió hacia la barrera saliendo de esta, disfrutando del paisaje y del momento de tranquilidad después de su arduo trabajo.
-A pesar de estar en el mismo inferior no está mal -
Suguro estaba disfrutando del paisaje y la tranquilidad, cuando de repente fue atacado por un Shuuky que surgió de la nada. El atacante era rápido, para cualquiera que fuera normal.
Con un movimiento ágil, esquivó el primer golpe y contraatacó con una patada precisa que impactó en el estómago. El shuuky se dobló por la mitad, sin aire, y aprovechó la oportunidad para asestar un golpe definitivo.
Con un movimiento fluido y sin esfuerzo, Suguro eliminó al shuuky sin hacer ningún ruido. Era como si hubiera sido un simple ejercicio de entrenamiento. Se sacudió la ropa y volvió hacia dentro como si nada hubiera pasado.
"Que raro que aparecieran muy cerca del cuartel" Pensó hasta ver una cabellera rosa
-¿Estás bien empleado?- dijo un poco alterada
Suguro sonrió por el carácter de la niña
-Claro aunque me sorprende la cantidad que aparece cerca del cuartel, conté 8 desde ayer-
Esto llamo la intereses de la niña
-¿Casero como sabes cuántos shuukys habían, acaso no dormiste?-
Suguro rio bajo
-Tranquila si dormí y respondiendo a tu pregunta este pequeñín de aquí me informo-
De una roca salió una maldición pequeña pero con su cuerpo bien formado de un color azul con partes rojizas
Gro....gro...groNei lo vio y lo abrazo como si de un peluche se tratara note que a la maldición no le molestaba así que lo deje pasar
-Nei-chan te puedo preguntar algo-
La niña asintió mientras acariciaba la pequeña cola que tenía.
-Que tan grande es mato-
La niña lo miro y después se puso a pensar hasta caer en cuenta que como su superior no le había explicado cómo funcionaban las cosas aquí
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Seré el más fuerte | Mato seihei no slave
Fiksi PenggemarEn una misión importante para ambos hechiceros de la actualidad que era cuidar de una joven la cual sería el recipiente para el plasma escolar fueron emboscados por aquel hombre que desafíaba toda realidad de la hechicería Toji Fushiguru que hirió...