Capítulo 6

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Las semanas pasaron rápidamente, y solo faltaban unos días para que terminara agosto. Harry e Ihan se volvían más cercanos con cada día que pasaba, aprendiendo mucho el uno del otro. Harry notaba que Ihan comenzaba a soltarse un poco más, y los chicos habían dejado de molestarlo. Las clases seguían como cualquier otro día, excepto por el constante intento de Mía por acercarse al príncipe.

— ¿Ya te libraste de ella? —preguntó Ihan mientras ambos estaban en la cafetería.

—Fue horrible —respondió Harry, sentándose—. Quería meterse al baño conmigo, supuestamente para "asegurarse de que todo esté bien". ¿Puedes creerlo?

—Mía, puede ser algo extraña. A veces me sorprende que su mejor amiga encuentre eso "natural" —comentó Ihan, haciendo comillas en el aire.

—Lo sé... Bueno, volviendo al tema, ¿entonces solo tú y tu madre están en Inglaterra? —preguntó Harry, mordiendo un sándwich.

—Sí, solo nosotros. No tengo sangre azul, ya que mis padres son empleados de limpieza. Mi padre se quedó en Suecia; esperemos que pueda venir pronto con nosotros —dijo Ihan mientras comía.

—Vaya, eso es genial. Y, ¿dejaste alguna novia allá en Suecia? —preguntó Harry con una sonrisa pícara.

Ihan se sonrojó ligeramente.

—Jajaja, ya quisiera. Solo dejé mi juego de ajedrez —rió nerviosamente.

— ¡Harry, hola! —Caty llegó corriendo a la mesa de los chicos.

—Caty, hace mucho que no te veía —dijo Harry, haciéndole un espacio en la mesa.

—Lo sé, lo siento. Estuve investigando casos por los que tu abuela pudiera ser odiada, pero no encontré nada, así que estoy libre estas dos semanas —sonrió mientras abría su jugo.

Caty e Ihan se miraron brevemente, pero ninguno dijo nada.

—Oh, sí, olvidé presentarlos. Caty, él es Ihan, mi amigo. Ihan, ella es Caty, mi mejor amiga —sonrió Harry.

—Oh, sí, hola —aclaró Ihan—. ¿Es verdad que ustedes dos son novios? Lo escuché en la radio —preguntó Ihan con curiosidad.

— ¡Qué va! Son puros rumores —exclamó Caty, bebiendo su jugo.

—Sí, Caty es demasiado para mí —dijo Harry, rodeando su brazo alrededor del cuello de la chica—. Es toda una investigadora.

—Basta, Harry, mi cabello —dijo la joven riendo—. Volviendo al tema, no encontré nada por lo que pudieran odiar a tu abuela, lo cual me parece muy sospechoso —la chica se quedó pensando.

—Tal vez sea porque ella no es de sangre azul —opinó Harry—. Mi abuela era una simple estudiante cuando se enamoró de mi abuelo.

— ¿Solo por eso el pueblo puede odiarla? —se preguntó Ihan.

—Tal vez...

Los tres amigos siguieron conversando hasta que sonó la campana para regresar a sus clases.

Las últimas clases pasaron, y Harry invitó a sus amigos a hacer las tareas pendientes en su casa. Ihan, siendo la primera vez que entraba al castillo, estaba temblando. Caty, por su parte, estaba de lo más tranquila.

— ¿Y si me matan por hacer que tuvieras el ojo morado? —preguntó Ihan, asustado.

—Cálmate, todo estará bien —dijo Harry en tono calmado.

Salieron del auto y esperaron a que abrieran la puerta. Madame Silvia los recibió con una gran sonrisa.

—Hola, mi niño, ¿cómo te fue en la escuela? Oh, tenemos visita —dijo al observar a Ihan.

LA CORONA DE LA LIBERTADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora