Charles, un Omega de belleza arrebatadora y líder implacable de la temida mafia "La Hermandad", ha salido de cacería. Sus ojos, brillantes de astucia y deseo, escanean las calles en busca de su objetivo. Pero Erik no es una presa cualquiera, y el en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Últimamente has estado demasiado feliz, Brian.
Charles ni siquiera pudo dormir, no con todo lo ocurrido en la noche, pues Erik no había parado de molestarse ante la más mínima provocación, insultando y empujando a todo aquel que le molestara de más. Si hubiera sido en otro tiempo, él hubiera golpeado al Alfa por tales muestras de altanería, pero ahora, comprendía que su actitud solo se trataba de rabia, dolor y tristeza por Magda. El amor de su vida lo rechazaba y Erik no sabía lidiar ello.
—Y tu demasiado estresado y enojado hijo. Creí que después de que el hijo de ese gobernador aceptara ser el alfa que necesitas estarías más tranquilo.
—Han pasado solo dos días desde que aceptó el trato. No puedes esperar mucho así.
Brian sonrió con burla sin dejar de leer los papales que tenía enfrente.
—¿Ese es el problema? Me lo hubieras dicho antes — el jefe de la familia tomó su celular y después de mandar un pequeño mensaje, observó a su hijo, cruzando los brazos sobre su pecho — Desde ahora Erik dormirá contigo. Cada noche la debe dedicar a ti. Así será más fácil engendrar un heredero.
Charles solo pudo chistar molesto por la insinuación.
—Todo se hará como tú digas, ahora sí me disculpas, tengo que ir a ver a los socios estadounidenses. — sin siquiera intentar despedirse, el Omega se puso de pie, dispuesto a salir de esa breve y apresurada reunión que solo le sofocaba.
—No tan rápido hijo. Tienes que llevar a Erik contigo.
—¿De qué hablas? Alguien como él no duraría ni un segundo estando con el tipo de gente que tanto desprecia.— evitando mirarle, Charles permaneció cerca de la puerta, tratando de centrar su aroma en recuerdos tranquilos. No quería exponerse— Además, sabes muy bien que Raven siempre viene conmigo a este tipo de negocios y si ella no puede, va Logan o Emma.
—Lo sé, pero si va a ser el papá del futuro heredero de todo nuestro imperio necesita acostumbrarse a este mundo que al parecer ya no le molesta tanto. No lo culpo, no hay alfa que se resista a tus encantos.
No fue necesario que Charles volteara para saber que Brian se había volcado de nuevo al trabajo. Signo inequívoco de que la conversación había terminado y todo se tendría que hacer tal y como ordenó.
Bufando, salió del despacho, apretando la mandíbula hasta que encontró a Raven fumando en uno de los jardines interiores de la mansión.
—¿Tan mal te fue?
—Erik tiene que ir conmigo.
La mujer chasqueó la lengua, apagando el cigarro con la punta de su pie.
—Es peligroso y yo no voy a poder ir para protegerte, ni siquiera Logan o Emma. Padre los envió a otros lados.
Charles observó la basura. Jamás había entendido por qué su hermana fumaba, él lo había intentando y el olor le repugno casi de inmediato. Ni siquiera los que tenían sabor le agradaron.
