La revolución de los instintos

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—No debiste de haber echo eso sin mi

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—No debiste de haber echo eso sin mi. Somos hermanos Charles. Yo también merecía ir a verla, conocerla. Pudimos haber ido a buscarla justo como ocurrió con Kurt.

Hacía exactamente tres horas que Charles había llegado a su hogar y no había tenido tiempo de ver a Aziraphale, pues su propia consciencia no le dejó en paz hasta que fue a ver a su hermana Raven para contarle todo lo que había ocurrido antes, durante y después de la visita que le hizo a Cassandra.

Al principio, Raven se sorprendió, para de inmediato pasar a la molestia.

—A Kurt no lo quería asesinar Brian.

Aunque Charles se sintiera culpable, sabía que esa declaración haría que su hermana disminuyera su molestia. Eso y el frío que proporcionaba aquella noche seguro harían que todo se viera de distinta perspectiva.

—Lo que hiciste fue imprudente y peligroso. Somos uno ¿Recuerdas? Tus pensamientos son los míos y viceversa— la rubia alfa dió un último suspiro antes de arrojar su cigarro al suelo para apagarlo con la punta de su zapato— Hubiera ido para protegerte.

Charles como siempre, se limitó a observarla. Le gustaba ver los movimientos de su hermana, en cierta forma le recordaba a su madre.

—No he estado bien en estos últimos días. Todo ha sido un caos para mí, tratando de ocultar emociones, pensamientos, incluso mi aroma... Lamento no haberte echo participe de esto.

Raven negó, girando parte de su cuerpo para abrazar a Charles, tratando de que su aroma fuera lo suficientemente dulce como para darle paz.

—Lamento no haberme dado cuenta de ello. Supongo que sentí celos de tu cercanía con Aziraphale y Erik — el Omega rió sin emoción antes de regresarle el gesto a su hermana, poco dispuesto a soltarla— ¿Cassandra también será una competencia para tu cariño?

—Nadie nunca podrá competir con el cariño que te tengo. Solo nos tenemos a nosotros, yo soy tu apoyo y tú el mío, así siempre ha sido.

No era usual este tipo de sentimientalismos entre los hermanos Xavier, pero cuando se sentían tan perdidos, tan desorientados, la única solución era regresar a lo que sabían era seguro para ellos: el amor que se tenían.

—Bien, entonces supongo que tendré que hacerle una visita a esa mujer ¿Verdad?

—Ella ya sabe que irás. Te recibirá con los brazos abiertos.

—Quiero suponer que entonces ya sabes porque Natasha la necesita tanto. Debe ser importante si está dispuesta a sacrificar a un civil.

Charles se alejó brevemente de su hermana, admirando el reflejo de la luna en el rostro de la alfa.

—Trabaja como una de las múltiples secretarias que tiene el gobernador Jakob Lehnsherr. No es la principal porque de eso se encarga un hombre pero su presencia puede ayudar. Es todo lo que sé — admitió separándose de ella, tomando solo su mano.

Herederos del caos | Cherik, Ineffable husbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora