Otoño

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Plop, plop.

"Geomjon, en esta casa..."

Plop.

Baek Cheon cambió de asiento. La gota de agua cayó desde el techo y aterrizó en la madera con un golpeteo.

"¿No hay demasiadas goteras?"

"Hmm, qué extraño, el año pasado aún resistieron."

"Así que ya habían indicios."

"Esta casa es vieja", suspiró. "La heredé de mi maestro, además, después de que sahyeong y Cheong Jin se mudaron, no había alguien que se preocupara demasiado por el mantenimiento."

"No, es tu casa, así que tú deberías de ser el que se preocupe..." Baek Cheon negó con la cabeza. "No importa, resulta que tengo experiencia arreglando edificios y construyendo algunos, así que lo arreglaré yo mismo."

"¿Ves? Es como si mis problemas se arreglaran solos."

"¡No, bastardo...! Al menos no seas tan descarado al respecto."

Cheong Myeong se encogió de hombros. "Está bien, sólo lo pensaré."

No se diga que Baek Cheon no era una persona proactiva. Después de señalar el problema y una vez que se había preparado para la mañana, comenzó a revisar sistemáticamente el diseño de la casa. Anotó los lugares que necesitaban reparaciones, no sólo en el techo sino también en las paredes y el suelo, murmurando para sí mismo sobre las herramientas que requeriría.

Entonces salió por la puerta y se detuvo casi de inmediato.

"Vaya, ahora que lo pienso, llevo tiempo queriendo arreglar estos pilares, ¿no es un milagro que el alero siga en pie?"

El alero parecía haber enfrentado sus propios desafíos. La forma exterior se había ondulado por las tribulaciones, como un papel que había sido mojado y extendido nuevamente, no había manera de que se recuperara. De hecho, aquí y allá parecía un poco desgastado.

"Sahyeong mencionó algo similar en el pasado."

"¿Qué pasó entonces?"

"Me dió algo de dinero pero yo..." Cheong Myeong se rió. "Bueno, ya sabes lo que pasó."

"Sí", Baek Cheon le devolvió una sonrisa vacía. "Puedo entender porqué no intentó arreglarlo nuevamente. Te lo mereces."

"¡No es como si el techo se fuera a caer en cualquier momento! Si realmente se pone mal, puedo arrastrar a Tang Bo aquí para que haga algo al respecto, incluso lo terminaría pagando él, así que no hay pérdidas."

"No, ¡qué haces abusando de los demás por tu propia irresponsabilidad financiera!"

"¡Nada te hace feliz!"

"Ten un poco de conciencia, ¡conciencia!"

Cheong Myeong siguió a Baek Cheon con una expresión insatisfecha, ocultando una sonrisa de buen humor. El sombrero que Baek Cheon estaba usando era el que le había regalado, con un velo de seda semitransparente que le hacía ver etéreo bajo la lluvia y la niebla que se levantó junto al vapor de las nubes que lamían el terreno. Por supuesto, Cheong Myeong tenía un excelente gusto.

Juntos bajaron la montaña.

No estaba seguro si Baek Cheon era consciente de que podía bajar en cualquier momento acompañado por Cheong Myeong y lo estaba aprovechando --no es que lo fuera a delatar si se escapara solo por un corto periodo de tiempo-, si era lo suficientemente audaz como para bajar pese a no haber preguntado de antemano o si el Líder de la secta le había dado permiso. No obstante, caminó con confianza hacia las puertas de la secta y las dejó atrás con la misma seguridad.

La cicatriz que nos remonta al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora