Otoño I

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El joven discípulo se presentó frente a Tang Bo con una sonrisa confiada. Entonces, al menos una persona estaba tranquila en esta situación. Después de meses de lucha -al menos para los cultivadores de las tierras centrales- contra el Culto Demoníaco, donde finalmente comenzaron a sentir la tensión de un enemigo que parece no agotarse, los guerreros habían comenzado a mostrar signos de preocupación y ansiedad.

Baek Cheon había llegado con un grupo de discípulos detrás de él, con una expresión digna del héroe que se ganó renombre en Kangho, dirigiendo a sus discípulos para apoyar al clan Tang casi de inmediato. La tarea principal a la que se enfrentaban era la guardia, puesto que ambos bandos se habían retirado temporalmente para reorganizar a sus tropas. Después de que Tang Bo se acercara con una sonrisa, ambos comenzaron a hablar mientras caminaban hacia la carpa en la que los principales líderes estaban discutiendo la inteligencia que habían obtenido.

"¿No debería venir el estimado gran anciano que has traído contigo para la reunión?"

"¿El gran anciano Baek Hak?" Baek Cheon lo presentó indirectamente con facilidad. "No es necesario. El Líder de la secta me asignó específicamente como el líder de esta operación debido a mi experiencia previa luchando contra algunos cultistas."

"Ya veo. Esta será una buena oportunidad para que intercambies consejos con el Líder del clan Tang y el representante de la secta Yeongso."

"¿La secta Yeongso?"

Baek Cheon tenía la sensación de que había escuchado el nombre hace poco. Ah, eran los chismosos con los que se había encontrado a principio de año. Al menos parecía que les iba bien.

"Llegaron ayer por la tarde, así que será perfecto". Cuando se detuvieron frente a la tienda de campaña, Tang Bo le hizo un gesto para que siguiera adelante mientras que él mismo se retiraba. Mientras que Baek Cheon representaba a las fuerzas de su secta, él mismo había venido en calidad de soldado, por lo que el que estaría dentro de la tienda de campaña para el clan Tang sería el Líder del clan.

Mientras observaba al hombre entrar al lugar con los hombros rectos sin vacilación, sintió una pizca de envidia y otra poca de alegría genuina.

Distraídamente, sacó una pipa de madera de su manga, luego rebuscó por la mezcla de hierbas adecuadas para comenzar con su terrible hábito -según Baek Cheon, quien lo había regañado descaradamente en su segundo encuentro-, tomando una profunda calada que le hizo relajar los hombros casi de inmediato. A veces, sentía que era más el hecho de fumar que lo que fumaba lo que realmente lograba calmarlo.

Después de un par de caladas más, finalmente comenzó a meditar sobre su situación actual. Bien, parecía que el Líder de la secta había considerado que Baek Cheon no sólo era un refuerzo confiable, sino una victoria asegurada, y Tang Bo no se atrevería a estar en desacuerdo. Para este punto, en el que había derrotado a uno de los más fuertes del mundo, a Namgung Cheongmyeong, probablemente también podría haber derrotado a Tang Bo si lo hubiera desafiado en su pequeño viaje de autodescubrimiento. Por lo tanto, no sólo era un buen aliado, sino que era una fuerza exagerada e innecesaria, considerando que Tang Bo ya estaba aquí. El Líder de la secta debía de estar tratando de mantener a salvo a este niño.

O mejor dicho, Cheong Myeong debía de ser el que estaba detrás de esto, probablemente como una petición infantil o quizás la iniciativa del Líder de la secta tras ver su fuerte lazo.

Tang Bo entrecerró los ojos, no obstante, ya había aceptado obedientemente en su corazón, desde que se dió cuenta de que Baek Cheon estaría junto a él, de que haría todo lo posible para que el otro saliera herido. Además, ¿no sería aterradora su cara si se diera cuenta de que Tang Bo estaba ahí pero dejó que su precioso pseudo amante sufriera daño?

La cicatriz que nos remonta al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora