Una vez vislumbraron las famosas Diez mil montañas, las cuales parecían ser mucho más normales de lo que debería ser para la guarida del Culto Demoníaco, dejaron de usar su qi para aligerar su cuerpo. En vez de priorizar la velocidad, persiguieron el sigilo, suavizando sus pasos hasta el punto en que pisar una hoja seca no la haría crujir.
Los pasos de Cheong Myeong se ralentizaron, siguiendo el camino que Baek Cheon había tomado una vez que comenzó a desviarse de la línea recta que habían trazado previamente.
"Está en medio de las montañas."
Los oídos de Cheong Myeong se agudizaron mientras atravesaban el bosque, esforzándose por captar el ruido más pequeño a su alrededor. En una ocasión, se detuvieron con el corazón sobresaltado al escuchar las ramas de los árboles agitarse con el repentino vuelo de un gorrión. Poco después, como si el destino se burlara de ellos, una liebre saltó frente a Cheong Myeong, logrando que saltara varios pasos hacia atrás para evitar a la bola de pelusa marrón. Baek Cheon se sostuvo el corazón con una mano, dejando escapar un suspiro tembloroso, que Cheong Myeong correspondió con un resoplido exasperado.
'Maldita fauna de la montaña.'
Conforme se adentraron al territorio de las Diez mil montañas, el más tenue rastro de una premonición se asentó pesadamente a su alrededor, poniendo la piel en punta. Se mezcló tan bien con la energía natural a su alrededor que casi lo pasaron por alto, pero Cheong Myeong no pudo sacudir la sensación de malestar, dándole vueltas a la estática sensación de malicia que lo rodeaba. Estática; energía.
En voz baja, Cheong Myeong le informó a su compañero de su descubrimiento. "Es la energía del Demonio celestial."
Los ojos de Baek Cheon se abrieron de par en par. "¿A esta distancia?"
¿Cuántos miles de li (里) abarcaban las Diez mil montañas? Aunque sólo habían recorrido unos pocos li, la circunferencia de la energía emitida por el Demonio celestial era tal que podía ponerlos alerta.
"¿Nos ha sentido?"
"Probablemente no. Esto parece... Una forma de entrenamiento. La energía está siendo liberada, pero no controlada activamente". Cheong Myeong apretó la empuñadura de su espada. "Vamos, sigamos."
Baek Cheon dejó de lado sus dudas. Avanzaron constantemente a través de las montañas, rodeando sólo unas pocas por las que Baek Cheon recordaba haber caminado una vez en un futuro lejano. Era mejor ceñirse al antiguo camino lo mejor que podían, ya que las cosas no permanecerán igual, aunque la geografía tenía la suerte de permanecer inmutable.
"Aquí..." Baek Cheon se detuvo a mitad de la frase, saltando a un lado del camino junto a Cheong Myeong, intentando reducir su presencia tanto como le fue posible.
Un grupo con doce hombres cruzó las montañas, lo suficientemente lejos como para estar fuera de su rango de audición, aunque en una posición privilegiada para vigilar el camino que estuvieron a punto de tomar Baek Cheon y Cheong Myeong. Los árboles proyectaron una sombra sobre ellos, y los arbustos sirvieron de barrera visual. Se prepararon en una postura básica de batalla, agachados detrás de los arbustos, con sus cuerpos relajados para evitar dejar salir su intención asesina.
El grupo de cultistas pasó de largo, marchando silenciosamente, como si se tratara de una marcha fúnebre, todos ellos llevando largas túnicas oscuras.
Después de un rato, Cheong Myeong se puso de pie primero, haciéndole un gesto con la cabeza a Baek Cheon para que continuara. Baek Cheon señaló silenciosamente la dirección, intercambiando una mirada seria con Cheong Myeong. No hablarían más.
Los grupos de cultistas siguieron apareciendo. Algunos de ellos en binas o tripletes, circulando alrededor de la montaña como si estuvieran patrullando, mientras que la mayoría de los grupos se movieron en grandes números, dirigiéndose hacia a algún lugar desconocido con un aparente propósito.
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La cicatriz que nos remonta al pasado
Fiksi Penggemar[Cheong Myeong/Baek Cheon] Cheong Mun sonrió suavemente, de la manera en que hacía cuando intentaba tranquilizar a un niño pequeño o convencer a Cheong Myeong sobre un asunto en el que estaban en desacuerdo. Fue una expresión que, por principio, pus...