Capítulo 2

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Capítulo 2

Una semana había pasado desde el encuentro incómodo entre Giyuu, Sanemi e Iguro. La angustia y la desesperación de Giyuu habían disminuido, aunque la sombra de las palabras de Sanemi e Iguro aún pesaba sobre él. Ahora, tenía una misión junto a Sanemi. Había aceptado el encargo con la esperanza de distraerse, pero el regreso al trabajo solo lo ponía en contacto con el Pilar del Viento

Giyuu y Sanemi se dirigieron hacia su misión, un trabajo que los llevó a una aldea alejada. La misión no era especialmente complicada, pero requería una vigilancia constante y una rápida respuesta en caso de ataque. Durante el viaje, Sanemi se mostró particularmente animado, con un humor que oscilaba entre el sarcasmo y la burla.

—¿Cómo es que siempre logras parecer tan serio, Tomioka? —bromeó Sanemi mientras caminaban—. ¿No tienes nada de diversión en tu vida? ¿O es que simplemente no sabes cómo relajarte?

Giyuu, que había estado en silencio durante la mayor parte del viaje, miró a Sanemi con una mezcla de cansancio y resignación. Intentaba ignorar las bromas, centrándose en la misión, pero era difícil no sentirse afectado por el constante acoso verbal.

—¿Sabes? —continuó Sanemi, inclinándose hacia Giyuu con una sonrisa—. Me pregunto si alguna vez sonríes. Seguro que si lo hicieras, te verías menos como un cadáver ambulante.

Giyuu se limitó a suspirar, sin responder. A pesar de su ánimo ya quebrado, el comentario de Sanemi parecía más una irritación que un verdadero intento de crueldad. A veces, las bromas y el sarcasmo de Sanemi parecían tener una capa subyacente de incomodidad que no podía desentrañar del todo.

La tarde pasó entre patrullas y monitoreo de la aldea. Finalmente, llegó el momento de descansar, y ambos regresaron al pequeño hotel donde se habían alojado. El lugar era modesto pero cómodo, con habitaciones sencillas y una atmósfera tranquila.

Al llegar a su habitación compartida, Sanemi estaba de buen humor, dispuesto a seguir con sus bromas. Después de una cena ligera en el comedor del hotel, los dos se prepararon para descansar. Sanemi, sin embargo, no parecía dispuesto a dejar de molestar a Giyuu.

—Espero que no ronques, Tomioka —dijo Sanemi mientras se cambiaba para dormir—. No quiero tener que escuchar tus sonidos extraños durante toda la noche.

Giyuu, agotado por el día y por el constante hostigamiento, se limitó a ignorarlo mientras se acomodaba en la cama. Intentaba relajarse, cerrando los ojos y tratando de dejar de lado el estrés del día.

Más tarde esa noche

cuando la luz en la habitación estaba apagada y el silencio era palpable, Sanemi estaba dando vueltas en su cama, incapaz de dormir. La inquietud de Giyuu parecía contagiarse. Decidió levantarse y revisar el estado de la habitación, cuando notó algo peculiar en la cama de Giyuu.

Al acercarse a la cama de Giyuu

Sanemi vio que Giyuu estaba dormido profundamente, pero sus muñecas estaban parcialmente visibles. Lo que captó su atención fueron las vendas en una de las muñecas de Giyuu. Las vendas estaban cubiertas de una manera que parecía no coincidir con el resto de su apariencia, como si intentaran ocultar algo.

Sanemi, intrigado, se acercó para observar más de cerca. La venda estaba algo desordenada, y Sanemi pudo ver que el área debajo estaba ligeramente hinchada. La realidad de la situación parecía abrirse ante él. Las palabras de Giyuu, la indiferencia, la seriedad en su rostro, ahora estaban conectadas con la evidencia física que tenía delante.

Sanemi se quedó en silencio, observando las vendas y pensando en el significado detrás de ellas. A pesar de su actitud ruda y sus bromas constantes, había una parte de él que entendía que Giyuu estaba lidiando con algo más profundo. Sin embargo, el orgullo y la falta de habilidad para abordar los sentimientos seguían siendo obstáculos para él.

Cicatrices del Corazón(sanemi y tomioka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora