Capítulo 7

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Capítulo 7

La luz suave del amanecer comenzó a filtrarse por las ventanas de la habitación, iluminando con un resplandor dorado los rostros de Sanemi y Giyuu. Giyuu fue el primero en despertarse, aún un poco somnoliento. Al girarse, notó que Sanemi estaba profundamente dormido a su lado, con su expresión relajada y pacífica. Se quedó observándolo por un momento, sintiendo un calor extraño en sus mejillas.

Justo entonces, Sanemi empezó a abrir los ojos lentamente, notando a Giyuu observándolo. Sanemi sonrió, aún medio dormido.

—Buenos días, Giyuu —murmuró Sanemi, su voz suave y llena de calidez.

Giyuu, tomado por sorpresa, se sonrojó de inmediato y apartó la mirada.

—Bu-buenos días, Sanemi —respondió, su voz apenas un susurro.

Sanemi notó el rubor en el rostro de Giyuu y no pudo evitar sonreír de manera juguetona.

—¿Por qué te sonrojas tan fácil? —bromeó Sanemi suavemente, inclinándose un poco hacia él—. Es... adorable.

Giyuu se sonrojó aún más, sintiendo su corazón latir con fuerza. No estaba acostumbrado a recibir cumplidos, especialmente de alguien como Sanemi.

—N-no es nada... —murmuró Giyuu, tratando de ocultar su vergüenza, pero la sonrisa en los labios de Sanemi hacía que fuera imposible no sentirse más nervioso.

Después de unos momentos, se levantaron y decidieron preparar el desayuno juntos. Sanemi, con una expresión traviesa, se acercó a Giyuu mientras este intentaba cortar algunas frutas.

—Déjame ayudarte —dijo Sanemi, tomando suavemente la mano de Giyuu para guiarlo—. Así, es más fácil.

El simple contacto de Sanemi hizo que Giyuu se sonrojara intensamente, sintiendo una oleada de calor en su rostro.

—G-gracias... —balbuceó Giyuu, sin poder evitar sentirse torpe bajo la mirada cercana de Sanemi.

Sanemi sonrió suavemente y, sin soltar la mano de Giyuu, lo ayudó a cortar las frutas, acercándose aún más a él, casi pegando su pecho contra la espalda de Giyuu.

—¿Ves? Así es más seguro —dijo Sanemi en un susurro cerca de su oído, disfrutando de la cercanía y la forma en que Giyuu parecía sonrojarse más con cada segundo.

Giyuu asintió rápidamente, sintiendo su corazón acelerarse. Su rostro estaba completamente rojo, y sus manos temblaban un poco, pero trató de concentrarse en lo que estaba haciendo. La presencia de Sanemi era cálida, reconfortante, y al mismo tiempo, un poco abrumadora.

Después del desayuno, Sanemi sugirió dar un paseo por el jardín de la finca. Era una mañana fresca, con el sol brillando suavemente sobre las hojas de los árboles y el aroma de las flores llenando el aire. Sanemi se mantenía cerca de Giyuu, caminando a su lado con una sonrisa tranquila.

—Este lugar es realmente hermoso —dijo Sanemi, observando alrededor—. No me extraña que te guste tanto estar aquí.

Giyuu asintió, con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Sí... es un lugar donde puedo encontrar paz —respondió, sintiéndose más relajado con la compañía de Sanemi.

Sanemi, sin pensarlo, se detuvo de repente y tomó la mano de Giyuu con suavidad. Giyuu se sorprendió, sintiendo de nuevo el calor en su rostro.

—¿Te gustaría venir aquí más a menudo conmigo? —preguntó Sanemi, su voz suave, pero con un tono sincero.

Giyuu se quedó mirándolo por un momento, sintiendo su corazón latir más rápido.

Cicatrices del Corazón(sanemi y tomioka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora