Parte 10

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capítulo 10

A la Mañana Siguiente

Los primeros rayos del sol se colaban por las cortinas de la habitación, iluminando suavemente el futón donde Sanemi y Giyuu dormían. El pelinegro fue el primero en despertarse, sintiendo un dolor punzante en la cadera que lo hizo quejarse suavemente. Frunció el ceño y se movió ligeramente, solo para descubrir que cada movimiento hacía que el dolor se intensificara.

"Genial...", pensó para sí mismo, apretando los labios para no hacer ruido. Su cuerpo estaba adolorido de una manera que nunca había experimentado, especialmente en su cadera. Mientras intentaba cambiar de posición, sintió un brazo fuerte y cálido rodeándolo, impidiendo que se moviera demasiado.

Sanemi, que aún dormía profundamente, lo sostenía con fuerza, su respiración suave contra el cabello de Giyuu. Era evidente que el peliblanco estaba en paz, abrazándolo con posesividad incluso en su sueño. Giyuu sintió una mezcla de ternura y vergüenza al recordar la intensidad de la noche anterior. Se mordió el labio, tratando de contener una sonrisa nerviosa.

Intentó moverse de nuevo, pero una punzada de dolor más aguda lo obligó a detenerse. Soltó un gemido involuntario, lo suficientemente fuerte como para despertar a Sanemi. El peliblanco abrió lentamente los ojos y lo miró con una sonrisa perezosa.

—Buenos días... —murmuró Sanemi, su voz aún ronca por el sueño, pero al notar la expresión de Giyuu, su sonrisa se desvaneció—. ¿Estás bien?

Giyuu, con el rostro completamente enrojecido, evitó su mirada y asintió tímidamente.

—M-me duele la cadera, eso es todo... —admitió en voz baja, sintiendo un calor subir por su cuello hasta sus mejillas.

Sanemi se echó a reír suavemente, aunque con cierto aire de preocupación.

—Lo siento... Quizás fui demasiado brusco —respondió con una sonrisa traviesa, acariciando el cabello de Giyuu—. Pero... ¿quieres que te ayude a levantarte? Puedo preparar un baño caliente para ti.

Giyuu asintió, aún sintiendo la incomodidad en su cuerpo, pero también el consuelo de saber que Sanemi estaba ahí para cuidarlo. El peliblanco se inclinó y depositó un suave beso en la frente de su pareja antes de levantarse con cuidado, asegurándose de no causarle más molestias.

—Prometo ser más suave la próxima vez... —susurró Sanemi, con una sonrisa traviesa mientras caminaba hacia el baño, dejando a Giyuu enrojecido y aturdido. Aunque no pudo evitar pensar que, a pesar del dolor, había sido una noche que jamás olvidaría.

Giyuu se quedó tumbado en el futón, tratando de recuperar algo de compostura mientras veía a Sanemi caminar hacia el baño. Los recuerdos de la noche anterior seguían flotando en su mente, haciendo que su rostro se mantuviera encendido de vergüenza y, en parte, de satisfacción. A pesar del dolor, había algo en cómo Sanemi lo había tratado, con una mezcla de pasión y ternura, que lo hacía sentir seguro, incluso en la vulnerabilidad que había experimentado.

Sanemi regresó poco después, con una toalla en la mano y una sonrisa gentil en su rostro.

—El baño está listo, te ayudará a relajarte —dijo, inclinándose para ayudar a Giyuu a ponerse de pie.

El pelinegro se aferró al brazo de Sanemi mientras se levantaba, sintiendo un poco de alivio por el apoyo. Caminó con cuidado hacia el baño, sus pasos lentos y cautelosos debido al dolor persistente. Sanemi lo acompañó, manteniéndose cerca por si necesitaba más ayuda.

Una vez en el baño, Giyuu se deslizó en la bañera llena de agua caliente, soltando un suspiro de alivio cuando el calor comenzó a relajar sus músculos tensos. Cerró los ojos y dejó que el agua hiciera su trabajo, tratando de despejar su mente.

Cicatrices del Corazón(sanemi y tomioka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora