Capítulo 6: Sortilegios Weasley

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Capítulo 6: Sortilegios Weasley

Hola a todos! Bienvenidos una semana más a este fic :D

A leer!

P.D. Buenas noticias para los que estéis deseando que lleguen los capítulos más largos y empiece el drama. Este es el último capítulo en el que todo es felicidad y amor, así que disfrutadlo, que la semana que viene se empieza a poner intensa la cosa XDD

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Un instante después, Harry giraba muy rápido, y la sala de estar de los Dursley se perdió de vista entre el estrépito de llamas de color esmeralda.

— Ahí acaba — dijo Astoria, marcando la página.

— Excelente. ¿Puede leer el título del siguiente capítulo, por favor? — pidió Dumbledore. Astoria asintió y leyó:

— Sortilegios Weasley.

Los gemelos Weasley chocaron los cinco, mientras su madre los observaba con expresión reprobatoria.

— Presiento que este va a ser un capítulo agradable — sonrió Dumbledore. — ¿Algún voluntario para leer?

Una decena de personas levantaron la mano. Tras pensarlo unos segundos, el director le hizo señas a un chico de Slytherin para que leyera.

El chico subió a la tarima, cogió el libro que Astoria había dejado allí y comenzó a leer de inmediato:

Harry dio vueltas cada vez más rápido con los codos pegados al cuerpo. Borrosas chimeneas pasaban ante él a la velocidad del rayo, hasta que se sintió mareado y cerró los ojos. Cuando por fin le pareció que su velocidad aminoraba, estiró los brazos, a tiempo para evitar darse de bruces contra el suelo de la cocina de los Weasley al salir de la chimenea.

— No viajaré nunca usando polvos Flu — dijo una chica de segundo con aspecto aterrado. — No me parece muy seguro…

— Es más seguro que usar escobas — le respondió Terry Boot. — Y mucho más seguro que aparecerse. Al menos con los polvos Flu no puedes arrancarte un trozo de carne si cometes un error.

La chica se puso aún más pálida y Terry pareció algo arrepentido de haber hablado.

¿Se lo comió? —preguntó Fred ansioso mientras le tendía a Harry la mano para ayudarlo a levantarse.

Sí —respondió Harry poniéndose en pie—. ¿Qué era?

Caramelo longuilinguo —explicó Fred, muy contento—. Los hemos inventado George y yo, y nos hemos pasado el verano buscando a alguien en quien probarlos...

— Así que es una invención propia — escupió Umbridge. Miraba a los gemelos con rencor. — Ya no tenéis escapatoria. En cuanto la lectura acabe, haréis las maletas y os marcharéis de Hogwarts.

El comedor al completo se quedó en silencio, esperando la respuesta de Fred y George. Sin embargo, ninguno de los dos dijo nada, y a Harry le dio la sensación de que la posibilidad de ser expulsados no les preocupaba especialmente. La señora Weasley, por otro lado, pareció consternada ante la idea.

Todos prorrumpieron en carcajadas en la pequeña cocina; Harry miró a su alrededor, y vio que Ron y George estaban sentados a una mesa de madera desgastada de tanto restregarla,

Ron hizo una mueca al oír eso y su madre se puso colorada.

con dos pelirrojos a los que Harry no había visto nunca, aunque no tardó en suponer quiénes serían: Bill y Charlie, los dos hermanos mayores Weasley.

Hogwarts lee Harry Potter IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora