Capítulo 4: La invitación

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 Capítulo 4: La invitación

Hola! Bienvenidos otra semana más a este fic! :D

Este capítulo también es bastante relajado. Sigo pensando que Rowling podía haber juntado este y el siguiente XD pero bueno, espero que lo disfrutéis! :3

A leer!

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— Aquí acaba — anunció el chico de Hufflepuff, marcando la página.

— Excelente. ¿Puede leer el título del próximo capítulo? — le pidió Dumbledore

El chico asintió.

— El próximo se titula: La invitación.

Harry sonrió. Con ese título, solo podía suceder una cosa en el capítulo: que él recibiera la invitación para irse a pasar el verano con los Weasley e ir a los mundiales. O quizá se leería cuando los Weasley habían ido a Privet Drive a recogerle… En cualquier caso, estaba seguro de que iba a ser un capítulo agradable.

— ¿Alguien quiere leer? — preguntó Dumbledore en voz alta. Varias personas levantaron la mano, sorprendiendo a Harry, ya que apenas había habido voluntarios para leer los capítulos anteriores. Pensó que probablemente los estudiantes se habían dado cuenta de que los primeros capítulos del libro iban a ser más agradables (e incluso aburridos) y habían perdido el miedo a leer.

Eso no significaba que hubieran olvidado que en unas horas, o quizá al día siguiente, leerían la muerte de Cedric Diggory y todo lo sucedido aquella noche de junio.

Se notaba que no lo habían olvidado. Si bien había varias personas que habían levantado la mano, había en ellas una sensación de urgencia, como si quisieran leer cuanto antes para poder evitar tener que leer futuros capítulos.

De entre todas las manos que se alzaron, Dumbledore escogió la de Cho Chang. Viendo la cara de alivio de la Ravenclaw, Harry supo que había acertado: Cho no se había ofrecido a leer porque tuviera ganas de hacerlo. Era mejor ofrecerse voluntaria ahora y leer un capítulo agradable que esperar y acabar siendo obligada a leer uno de los capítulos más dolorosos.

Cho subió a la tarima y cogió el libro:

— La invitación —repitió.

Los tres Dursley ya se encontraban sentados a la mesa cuando Harry llegó a la cocina. Ninguno de ellos levantó la vista cuando él entró y se sentó.

Sirius soltó un gruñido y varios estudiantes se sobresaltaron.

El rostro de tío Vernon, grande y colorado, estaba oculto detrás de un periódico sensacionalista, y tía Petunia cortaba en cuatro trozos un pomelo, con los labios fruncidos contra sus dientes de conejo.

Se oyeron algunas risitas.

Dudley parecía furioso, y daba la sensación de que ocupaba más espacio del habitual, que ya es decir, porque él siempre abarcaba un lado entero de la mesa cuadrada.

— ¿Cómo de grande es la mesa? — preguntó la señora Pomfrey con tono de alarma.

Harry hizo señas con los brazos para indicar el tamaño aproximado y la enfermera pareció incluso más alarmada que antes.

— Ese niño necesita hacer dieta urgentemente — exclamó.

— Eso mismo pensaron en su colegio — asintió Harry. — Mis tíos lo pusieron a dieta ese verano.

Hogwarts lee Harry Potter IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora