Capítulo 7: El traslador

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Capítulo 7: El traslador

Hola a todos! Bienvenidos una semana más a este fic :D

Por otro lado, tengo buenas noticias: este es el último capítulo corto. El siguiente es literalmente más del doble de largo, y el siguiente más, y el siguiente más... Se acabaron los capítulos cortos! XD

A leer!

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El chico de Slytherin que estaba leyendo anunció que era el final. Dejó el libro en el atril y volvió a su lugar.

Dumbledore se puso en pie y cogió el tomo. A Harry se le puso la piel de gallina antes incluso de que el director comenzara a hablar.

— El siguiente capítulo se titula: El traslador. Y me temo que no va a ser tan agradable como los anteriores.

Se formó un silencio incómodo y Harry notó que varios alumnos intercambiaban miradas nerviosas.

A nadie le extrañó ver que, cuando Dumbledore pidió voluntarios, ni una sola persona levantó la mano. El director esperó pacientemente, pero pasaban los segundos y ningún alumno o profesor se ofrecía a leer.

— Yo lo haré — habló alguien a la derecha de Harry, quien vio con gran sorpresa como Arthur Weasley se ponía en pie y caminaba hacia la tarima.

Tomó el libro que Dumbledore le tendía con aire solemne. Mientras el director volvía a tomar asiento, Arthur respiró hondo y repitió:

— El traslador.

Aunque la gran mayoría no tenía ni idea de lo que iba a suceder en ese capítulo, las palabras de Dumbledore habían hecho que la tensión se disparara.

Cuando, en la habitación de Ron, la señora Weasley lo zarandeó para despertarlo, a Harry le pareció que acababa de acostarse.

Es la hora de irse, Harry, cielo —le susurró, dejándolo para ir a despertar a Ron.

Harry era consciente de que, en realidad, en el capítulo no iba a pasar la gran cosa. Se titulaba El traslador, así que seguramente solo relataba cómo él y los demás habían llegado a los mundiales.

Pero recordaba aquel día con mucha claridad. Era como si, tras la muerte de Cedric, cada interacción que había tenido con él hubiera resurgido en su cabeza con una fuerza imparable. Sentía los recuerdos de aquel primer viaje en traslador como si estuvieran grabados a fuego en su memoria.

Harry buscó las gafas con la mano, se las puso y se sentó en la cama. Fuera todavía estaba oscuro. Ron decía algo incomprensible mientras su madre lo levantaba. A los pies del colchón vio dos formas grandes y despeinadas que surgían de sendos líos de mantas.

— ¿Eso es todo lo que somos para ti? ¿Dos formas grandes y despeinadas? — dijo Fred, fingiendo sentirse ofendido.

— A Bill lo describes como guay y a nosotros nos llamas formas — añadió George. — Muy bonito, Harry. Muy bonito.

— Poneos un pendiente con forma de colmillo y le gustareis más — bromeó Ron. Harry bufó, ignorando las risas de Hermione y Ginny.

¿Ya es la hora? —preguntó Fred, más dormido que despierto.

Se vistieron en silencio, demasiado adormecidos para hablar, y luego, bostezando y desperezándose, los cuatro bajaron la escalera camino de la cocina.

Hogwarts lee Harry Potter IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora