Capítulo 3

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–No te tires de esa forma, dañaras tus rodillas.

–¡Pero si llevo rodilleras! — dijo ella sin entender el enfado de su entrenadora.

Kate suspiró cansada.

–A ver, las rodilleras solo amortiguan la caída, si te tiras de esa forma,te puede lesionar la rodilla, mejor tirate en un suave deslizo, no en seco. ¿Entiendes? —Amaya asintió mientras unas gotas de sudor recorrían su frente y no tardó en secarlas con la camiseta –No, no, ¡no! .-Chilló Kate alterada al ver cómo colocaba Atenea –¿Tu crees que esa es la forma de colocar?—La aludida se miró las manos y negó con la cabeza —. Junta tus manos, tu dedo índice y pulgar tiene que formar un triángulo con los mismos de la manos contrari​o.

–Es incómodo —. Kate la fulminó con la mirada, estaba enfadada.

–No lo es, si quieres ganar, debes hacerlo de ese modo —. Su tono era frio y aunque intentó filtrar sus palabras para que no sonaran hirientes, noté que a Atenea le había sentado mal. La aludida asintió y siguió colocando la pelota a Aida y a mi, iba alternando, Alisia intentaba bloquear nuestros remates, algunos los conseguía otros n​o, y esto hacía que se frustrara, Darla intentaba recibir las pelotas que salvaba Amaya. La tarde fue un ciclo, no cambiamos de técnica.

Como era de esperar acabamos reventadas, con dolores en los muslos, rodillas y antebrazos, por alguna razón que desconocía, hoy Kate estaba alterada, no soportaba ni un solo fallo, nos había gritado bastante, por cosas sin sentido de hecho.

–¿Qué le pasaba ​hoy a Kate?—Preguntó Darla.

–Se está divorciando—.Respondió Aida al segundo, ella se juntaba con chicas que eran hijas de profesores e incluso una de ellas era sobrina del director así que sabía de casi todos los cotilleas del alumnado y del profesorado, y como estaba claro nos lo contaba sin emitir
ninguna parte eso sí, nos amenazaba de muerte por si decíamos alguna palabra.

–Joder, mis padres también se divorciaron y mi madre lloraba todas las noches mientras que mi padre muchas de esas noches no dormia en casa —.Habló Amaya con un tono de risa. –Mis padres, el trauma de mi vida—.Acto seguido se echó a reír y nosotras tras ella, típico de ella, siempre hacía chistes con la situación de su familia, al principio el ambiente era un poco incómodo por nuestra parte pero cuando Amaya reía tras ver nuestras caras nosotras lo hacíamos con ella. Si nuestro equipo sería una galaxia ella sería el sol, siempre sonreía y reía como si la vida no le hubiera dado patadas en el culo y mira que habían sido muchas, nos alegraba el dia con un simple "Buenos días chula" siempre decía lo mismo, ella era brillo puro, nunca nos miraba con ojos de envidia, de hecho, ninguna de aquí lo hacía, éramos una pequeña familia a pesar de lo poco que nos conocíamos.

Remates y corazones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora