Capítulo 6

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El ruidoso despertador resonaba por toda la habitación, gruñí al no localizarlo con mi mano. Abrí los o​jos con pocas ganas, lo busqué con la mirada y lo apagué, y de manera torpe me levanté. Tuve un escalofrío al posar mis pies en el suelo frío.

–Buenos días Linda –.Me saludó Amaya mientras se colocaba los pendientes.

–Buenos días –.Le devolví el saludo después me dirigí al baño con pocas ganas, ¿Por qué despertarse tenía que ser tan difícil?

Me quedé mirándome en el espejo mirando mi cara somnolienta, perdí la noción del tiempo y cuando me dí cuenta de que me había quedado empanada; encendí mi teléfono para ver la hora y en la pantalla se encontraba un mensaje de Ethan.

–Te espero en la cafetería para desayunar juntos.

Sonreí al ver el mensaje, desde la doble cita que tuvimos habíamos estado mandandonos mensajes todos los días, no se lo había dicho a nadie a excepción de Amaya y  bueno Axel también lo sabía, ni siquiera nos saludabamos por la residencia, ninguno de los dos hacíamos el esfuerzo de hacerlo pero hoy por lo que se veía había amanecido con ganas de verme.

Me prepare rápido, me coloque la ropa con la que jugaba voley, cogí mi mochila y salí corriendo, a lo lejos lo vi, mirando su teléfono, iba con su equipación de fútbol y con el pelo un poco desordenado.

–Buenos días –. Lo saludé dedicándole una sonrisa.

–Buenas, ¿Qué tal dormiste? –Me devolvió la sonrisa tan bonita que tiene.

–Muy bien, ¿Y tú?

–Bien también, vamos a desayunar, tengo bastante hambre –. Asentí y entramos a la cafetería.

Las miradas de algunas chicas se posaban en nosotros, mucha gente no se había percatado de mi presencia en la residencia por eso supuse las caras de sorpresa de las chicas al verme.

–¿Qué quieres desayunar? –me sorprendió la pregunta, ¿me iba a invitar él?

–Unas tostadas de jamón y un chocolate caliente –. Él asintió

Estuve unos minutos esperando en una mesa que Ethan trajera nuestro desayuno ya que se había ofrecido a ir él a por él. Algunas chicas seguían mirándome y susurrando cosas. Me hacía sentir bastante incómoda aparte de que yo a esas chicas no las conocía de nada. De repente una chica se levantó y vino hacía mi.

–¡Hola bonita! Perdón si nuestras miradas te han incomodado, no lo hacíamos con mala intención lo que pasa es que hemos notado que has venido con Ethan, y pues no sabemos la relación que tienes con él –. La chica me pareció un amor de persona aunque me desconcertó un poco lo directa que había sido.

–No te preocupes, pero no entiendo porque queréis saber la relación que tengo con él –. Le respondí tratando de sonar lo más amigable posible. –No estamos conociendo ¿Por qué? –. Contesté solo para que me dijera qué pasaba con él.

–Ah... bueno... Am... No se si te habrán dicho como es él... Un mujeriego y solo te lo quería decir... porque ya son varias chicas las que han acabado bastante mal por culpa de él, yo una de ellas –. No pude evitar sentir empatía con la pobre chica, no había estado en su situación pero al final era doloroso ver como la persona que quieres se va con otra dejándote con el amor en las manos.

–Lo siento mucho... no digo que vaya a cambiar por mi pero quiero tener mi propia experiencia –. Le respondí con una sonrisa.
–Entiendo... Era solo eso... Adiós bonita cuidate –Acto
seguido se fue y se sentó en su mesa.

A ser sincera nunca creó a la gente que me dice ¨Esa persona es...¨ o ¨Esa persona te va a hacer...¨ Porque yo había sido siempre la persona que nombraban en esa frase y gracias a ello había estado sola toda mi infancia y adolescencia. Así que me gustaba vivir mi propia experiencia además de dejar que otras personas vivan la suya con personas que a mi me hayan hecho algo malo. Aún así no pude evitar que mi cerebro tomará la información de la chica como una alerta, ¿Y si la chica tenía razón? Rápidamente me dije a mi misma que no debía confiar en nadie, que nunca se me iban a acercar de buena fe. No podía confiar en nadie.

Minutos después llegó por fin Ethan con nuestros desayunos y menos mal porque estaba a punto de desesperarme.

–Ya volví, aquí tienes lo tuyo –. dijo Ethan nada más llegar y sentarse.

–Gracias.

Estuvimos desayunando en silencio hasta que yo decidí romperlo.

–Ethan... –Él levantó la cabeza para mirarme y soltar un sonido para que empezará a hablar.

–¿Con cuántas chicas has estado de novio que estén en la residencia? –Pude notar como el trozo de pan se le iba para el otro lado y empezaba a toser, estaba nervioso.

–¿A qué viene eso? –Dijo de manera nerviosa y entre risas.

–¿Cuántas? –Respondí de manera seria.

–Um... No lo sé... ¿Diez? Buf... ¿Quince? Joder... No lo sé... ¿A qué viene eso? –La cara se me cambió por completo. ¡Ni él lo sabía! –Mira nena si alguna chica se te ha acercado a contarte cualquier tontería sobre mí, es todo mentira, nunca he puesto cuernos –. Intento aclararme las cosas y algo me decía que él creía que tenía la situación bajo control.

–¿Y cómo sabemos que me ha dicho lo de los cuernos? –Ethan volvió a ponerse nervioso.

–Um... Por qué... Las chicas siempre suelen mentir con esas cosas... no lo sé joder, estamos desayunando, vamos a hacerlo de manera tranquila –. Respondió ya bastante irritado, así que asentí y no volví a hablar.

Cuando terminamos de desayunar tocaba pagar, Ethan pidió la cuenta y luego me miró.

–Lo tuyo son cuatros euros y lo mío otros cuatro, cada uno paga lo suyo –. Dijo sacando su parte del bolsillo. Mi cara cambió directamente a una de confusión, yo pensaba que él me iba a invitar, ¿Complejo de princeso? Tampoco le iba a dar muchas vueltas porque debatir algo con él era hablar con una pared. Por lo tanto solo suspiré y saqué cuatro euros de mi mochila. Mire la cuenta y lo suyo valía seis.

–Te faltan dos euros –. le dije mirándole algo enfadada, él sacó diez euros de su bolsillo y los volvió a meter.

–¿Me los puedes dar tú? –Le puse una cara de asco que daba miedo yo creo. Este tío era flipante.

–Lo siento no tengo –. Mentí levantándome de la mesa para pagar mi parte e irme.

Remates y corazones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora