Capítulo 2: Recuerdos

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Acciones cortas, estados de ánimo → "preparando el almuerzo", "triste"

Pensamientos → (Espero que no se de cuenta)

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Era un nuevo día para ambas protagonistas que se encontraban en su momento de descanso y tomaban unas bebidas en un local cercano. 

Las chicas conversaban tranquilamente sobre sus cosas hasta que la peliplata mencionó un tema en específico.

Airmid – ¿Te acuerdas cuando Bell vino aquí por primera vez?

Heith – ¿Y esa pregunta tan repentina?

Airmid – Simplemente me acordé

Heith sonrió un poquito al recordar eso.

Heith – Era muy tímido, bueno lo sigue siendo, pero antes era mucho más, me da risa de solo recordarlo

Airmid – Vaya que te debe de gustar mucho si lo recuerdas con tanto cariño

Heith – C-cállate, si a ti también te gusta

La peliplata se quedó callada un momento mientras se sonrojaba; sin embargo, esbozó una sonrisa.

Airmid – Al menos yo acepté que él me gusta, no como tú *burlándose*

Heith – ¡A mí también me gusta!

La gente alrededor miraba sorprendida a la pelirroja y susurraban sobre lo que dijo. La chica, avergonzada, agachó su cabeza para que no vean su rostro.

Heith – Te odio *susurrando*

Airmid – Perdón Heith, pero yo no te dije lo gritaras a los cuatro vientos, aunque fue muy audaz de tu parte

Heith – Tch, qué fastidiosa te has vuelto, ¿Dónde quedó esa chica fría e inexpresiva de antes? 

Airmid – Quién sabe – alzó los hombros a la vez que soltó una leve risa.

Heith soltó un suspiro pesado y volvió a tomar su bebida. 

Airmid – Está bien, está bien, no te molestaré más, entonces a lo que íbamos ¿te acuerdas de aquel momento?

Heith dejó de beber y pronto empezó a rememorar ese día al igual que Airmid. 

// FLASHBACK //

Airmid – Bien, ya terminé de organizar todo esto

La curandera se dirigió al mostrador y vio a su amiga que se encontraba mirando aburrida la puerta de la sede.

Airmid – Hola Heith, ¿Cómo vas?

Heith – Es muy entretenido estar aquí – dijo con una cara de póker

Airmid – Jajaja, te acostumbras, a estas horas no suele venir mucha gente

Ella iba a decir algo más cuando la puerta se abrió de repente dando lugar a una chica rubia que cargaba a un albino.

Airmid entró en su modo enfermera y se acercó rápidamente a ambos para al instante ordenar a la chica que la siguiera al mismo tiempo que le avisó a Heith lo mismo en vista que la situación del chico parecía grave.

Pasó un poco más de media hora y salieron Airmid y la chica rubia.

Airmid – Perdón por ignorarla antes "Princesa de la Espada", tenía que atender con urgencia a ese chico

Ais – Está bien, entiendo

La ahora conocida como "Princesa de la espada", Ais Wallenstein, tenía una mirada inexpresiva aunque se notaba ligeramente algo de culpa en su rostro.

Danmachi: Pociones de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora