Airmid Teasanare y Heith Velvet llevaban una vida de rutina como curanderas, pero nunca pensaron volver a ver a su amigo de la infancia e interés amoroso y sus vidas se volverán más entretenidas a partir de ese momento.
El día anterior fue un día agotador para los miembros de la familia Hestia y Dian Cecht a causa de la misión, pero gracias a haber completado la misma tan rápido, hoy podían disfrutar de algo que no podían olvidar de hacer en Melen... ir a la playa.
Los hombres de la familia Hestia ya se encontraban en el lugar a la espera de sus compañeras.
Hermes – Hey, pero a quiénes tenemos aquí
– Hermes-sama – ambos saludaron al dios
Hermes – Qué hacen mirando el mar cuando pueden mirar a las lindas chicas que están por aquí
Welf – Mis ojos son solo para admirar la belleza de Hefesto-sama
Hermes – Oh, apuntas alto joven Welf... ¿y tú Bell?
Bell – Bueno, yo...
Hermes – Espera, no me digas... tus ojos solo están reservados para las señoritas curanderas
Bell – ¿Eh? *sonrojado*
Hermes – Que orgullo me da saber eso Bell, eres mi ídolo
Bell ni siquiera se molestó en responder a Hermes. Primero, porque no le haría caso y segundo, no estaba del todo equivocado, últimamente empezó a ver a ambas chicas con otros ojos.
En eso el dios mensajero volteó y vio algo que lo sorprendió y empezó a reír entre dientes.
Hermes – Hooo, Bell-kun, mira quienes vienen
El albino, confundido, se dio la vuelta y vio a Airmid y Heith portando unos lindos, y atractivos, atuendos que acentuaban sus figuras.
Airmid – ¡Bell! *saludando a lo lejos*
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Atrás de ella venía Heith con un ligero sonrojo, pero con una sonrisa en su rostro.
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