Capítulo 8: Una tarde con Heith

248 34 7
                                    


Acciones cortas, estados de ánimo → "preparando el almuerzo", "triste"

Pensamientos → (Espero que no se dé cuenta)

______________________________________________________________________________

Al día siguiente de la cita, Bell no podía ver a la cara a Airmid, apenas y lo hacía de reojo, en cambio la peliplata se le veía más contenta y se apegaba a Bell tratando de que le haga caso, algo que sorprendió a las demás enfermeras, la seria Airmid actuando de forma dulce, sin lugar a dudas un hecho histórico. Claro que esto también llamó la atención de Heith que sospechaba que había ocurrido algo entre los dos.

Eventualmente supo que habían tenido una cita, con esto entendió todo lo anterior y a la vez la puso celosa. Pensar que Bell y Airmid habían dado un paso más adelante en su relación, de algún modo, la hizo sentir que estaba perdiendo.

Y para olvidar ese sentimiento es que hoy decidió salir de su casa para despejarse un poco, pero no se esperó encontrar al albino sentado en un pequeño parque.

// Con Bell //

Bell – A ver, desayuné, entrené, asistí a mis clases con Eina-san, fui al calabozo, cambié las piedras mágicas, almorcé, ayudé en la Anfitriona, a Welf a escribir un poema para Hefesto-sama y a Hermes-sama con una poción revolucionaria, según él, aunque luego Asfi-san la destrozó ¿Por qué lo habrá hecho? 

Cómo leyeron, el albino había hecho todo eso y ahora se encontraba sentado debajo de un árbol de mango pensando en qué más hacer.

Bell – ¡Cierto! El orfanato, hace tiempo que no voy, espero que los niños me disculpen

En eso, escuchó unos pasos acercarse a él por lo que volteó y se encontró con Heith.

Heith – Hola Bell, qué haces aquí sentado

Heith – Hola Bell, qué haces aquí sentado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bell – Qué hermosa... *susurrando*

Heith – ¿Hm?

Bell – A-ah, no nada, h-hola Heith-san, estaba intentando recordar algo nada más

Heith – ¿Qué cosa? – preguntó la chica

Bell – Es que había olvidado que tenía que ir al orfanato a visitar a los niños, hace tiempo que no lo hago

Esto sin duda despertó más la curiosidad de la mujer.

Heith – ¿El orfanato?

Bell – Sí, a veces les llevo comida y ropa para que se protejan, en las noches hace más frío y no quiero que se enfermen

Heith sonrió, por este tipo de actos era que se había enamorado de Bell, desde que era niño era así y realmente le alegraba que no hubiera cambiado en ese aspecto.

Danmachi: Pociones de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora