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Tiempo después

-Ah...Asa- Gimió, su rostro bañado de sudor, su pecho subiendo y bajando.

Las diferentes prendas de ropa tiradas alrededor de la cama formaban parte e la colección de veces que aquel lujoso lugar había presenciado escenas como esa desde hacía ya cinco meses atras.

-Pharita... Te extrañe tanto- Susurró Asa que había subido para quedar a milímetros de sus carnosos labios.

Su celular estaba lleno de fotos de ellas dos juntas... Una docena de ella cuando Asa se puso a jugar con la cámara después de hacer el amor.

Hacer el amor...

Hasta el año pasado, ella jamás pensó que podía experimentar todo aquello, pero una de las tantas discusiones y gritos por parte de su esposa, lograron que los brazos de la azabache se llenarán por completo de la chica a quien tanto amaba.

-Más... Más rapido- Jadeo una exitada Pharita- Mmm, amor.

Por el momento la solución era esa, juntarse a escondidas, ser amantes.

-Pharita...

Y así ambas llegaron al clímax al mismo tiempo.

-¿Asa?- Susurró, sientendo aquellas manos qué eran su perdición, agarrar su cintura.

-¿Que sucede cariño?

-Voy a pedirle el divorcio a Ruka, tengo las copias listas- Susurró.

-Podremos estar juntas- Sonrío Asa, abrazándola contra si.

-Siempre- Pharita se giro para que ambas quedarán cara a cara- Siempre juntas mi amor.

Asa repartió besos por todo su rostro, por su cuello, por su pecho ganándose risas y caricias de una alegre Pharita.

En el tiempo transcurrido, Asa volvió a hacerla tener una razón para vivir.

Pharita comenzó a arreglarse más, a estar más reluciente, su cuerpo cambió. Y su carácter por igual.

Ahora tenia a alguien que la amara.

...

Una hora después mientras Ruka estaba en su oficina, escucho la puerta abrirse.

-¿Debo molestarme siquiera en verte?- Hablo, sabiendo quien era.

Y entonces, la palabra "Divorcio" fue lo primero que Ruka escucho antes de levantar la vista con una sonrisa ladina.

-¿Te quieres divorciar?¿De mi?- pregunto burlona- Aquella estúpida zorra barata que juega a amarte te lleno la cabeza?

Pharita estaba peinada con su pelo en ondas cayendo por su pecho, su ropa era más ajustada.

-No es ningún juego. Amo a esa mujer y no hay excusa para nada- Respondió.

-Te has vuelto demasiado maleducada- Gruñó Ruka, tirando su silla de cuero hacia atrás, cruzando los brazos sobre su pecho- Debería darte un castigo.

-¿Más de lo que ya has hecho?- Pharita río y Ruka elevo una ceja.

¿Desde cuando la niña estúpida e ingenua con la que se caso se comportaba como una perra?

-Pharita- Hablo entre dientes y su mandíbula apretada, al igual que sus puños.

-Yo no te amo y tu a mi tampoco.

-Si nos divorciamos, tu no tendrías ni un céntimo de tu herencia. Recuerda que el trato de matrimonio incluía ser la dueña de Chaikong con todos sus activos siempre y cuando se lleve la empresa al éxito.

-No quiero ni un centavo- Pharita se paro firme y gano un poco de confianza en si misma, un poco más de con la que había entrado.

-¿Y de verdad crees que podrás entretener a esa tipeja?- Ruka se levantó del asiento dejando en vista el traje blanco qué vestía, para caminar alrededor de ella- Jodiendo todo el rato, mírate Pharita... ¿Que podrá verte? Cuando te saque la virginidad ya no querrá verte.

Pharita se carcajeo burlesca ante aquella respuesta, dejando a Ruka con el ceño fruncido.

-Noticias nuevas- La más baja se giro para verla a los ojos. Se inclino quedando a centímetros de su boca- Ya no soy virgen, me entregue a Asa hace cinco meses atrás.

Ruka respiro profundamente.

Ella nunca uso los puños ni la violencia para manipular, jamás. Lo de ella era ser una perra en lo verbal.

-Que terminaste siendo Pharita- Murmuró una vez Pharita se separo de ella- ¿Que pensarían tus padres? Imagínate, ahora están orgullosos de ti y te lo dicen. Deben enterarse que su hija no se ha entregado a su mujer, pero si a un rival de sus corporaciones.

-Mis padres seguirán estando orgullosos de mi.

-¿Te olvidaste de porque te casaron?-La pelinegra camino hasta detrás de ella- Tu sin mi, no eres nada- Susurró en su oído.

-Eso es mentira- Hablo no dejándose intimidar por la que se supone era su mujer.

-Solo piensalo... Es verdad, no has podido llevar la empresa al éxito sola, yo lo hice, lo que tu no pudiste- Susurró y Pharita perdió un poco de la seguridad con la que había entrado a esa oficina para dejar de sufrir.

Matame Lento - RuphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora