Capítulo 23

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Calixto, aún temblando por el impacto de la pesadilla, se dio cuenta de algo aterrador al despertar: la figura distorsionada de su sueño estaba realmente allí, observándola desde el borde de la cama. Se mantenía inmóvil y silenciosa. Su forma se fundía con la oscuridad de la habitación, pero la intensidad de su mirada era clara y penetrante.

Sintió un escalofrío recorrer su espalda. Intentó moverse, pero el terror la mantenía paralizada. La figura parecía esperar algo. Cada respiración era difícil y entrecortada, y el sudor comenzaba a acumularse en su frente.

Como si intentara hablar, el ser dejó escapar un grito desgarrador que heló la sangre. Luego, murmuró palabras incomprensibles hasta que su voz se tornó siniestra y clara.

— "Tu destino ya está sellado, no hay escape..." —

La claridad de aquellas palabras amenazantes intensificó el terror de Calixto. La figura continuó su mensaje con un eco ominoso.

— "A través del dolor encontrarás tu salvación. Yo te guiaré..." —

Calixto, con el corazón palpitante y la mente desbordada por el miedo, intentó procesar las palabras de la figura.

— ¿Qué quieres de mí? —susurró con dificultad, su voz temblorosa.

La figura, aún inmóvil, pareció contemplar su pregunta con calma inquietante. La sombra se inclinó ligeramente hacia adelante, como si estuviera considerando la respuesta.

— "Tu resistencia es lo que te llevará a comprender... —murmuró en un tono casi ritualístico—. "Solo atravesando el sufrimiento podrás hallar la verdad que buscas."

La respuesta solo intensificó la confusión y el terror de Calixto. La idea de tener que atravesar dolor para descubrir una verdad desconocida la dejó estupefacta y desesperada. Intentó moverse nuevamente, pero su cuerpo permanecía inmovilizado por el miedo.

— "Debes abrir la puerta... Debes regresar al verdadero tiempo..." —

— Por favor, déjame en paz —respondió casi llorando—. No sé de qué me hablas.

Pero la figura no prestó atención a su súplica. En cambio, le apuntó con un dedo largo y deforme.

— "Él nacerá de ti... Será la llave..." —

Cada palabra del ser parecía un enigma más profundo, un rompecabezas que debía resolverse, pero que aumentaba su angustia. La sombra comenzó a desvanecerse, y con su desaparición, el frío en la habitación se disipó. Calixto, temblando, sintió algo cálido resbalar bajo sus piernas, dándose cuenta con horror de que había mojado la cama. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, el miedo había sido tan abrumador que la hizo reaccionar como si fuera una niña asustada.

Llorando en silencio, trató de calmarse, pero el impacto de la pesadilla y la humillación la abrumaban. Con cada respiración entrecortada, intentaba recomponerse mientras miraba alrededor, buscando algún consuelo en la penumbra de la habitación. Sabía que debía limpiar y cambiarse antes de que alguien pudiera entrar, pero su mente estaba aún sumida en la confusión y el terror.

Sasha, esa noche, se despertó con una inquietud inexplicable en el pecho. La sensación de alarma no la dejaba tranquila, y preocupada por el bienestar de Calixto, decidió dirigirse a su habitación. Se movió con cautela, intentando no hacer ruido para no alarmar a nadie. Al llegar a la puerta de la habitación, notó que estaba entreabierta. Se asomó lentamente, con la esperanza de encontrar a la joven descansando pacíficamente. Sin embargo, al entrar, lo que vio la sorprendió y la preocupó aún más.

Calixto estaba de pie, temblando, con lágrimas en los ojos y una expresión de horror en su rostro. La joven dama estaba visiblemente afectada mientras intentaba retirar las sábanas de la cama. Sasha, al ver el estado de su señorita, se apresuró a acercarse, tratando de mantener la calma para no aumentar el pánico.

Metamorfosis de la insaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora