8♧: El corazón y su arrogancia.

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11:30pm marca el reloj. Me duele la cabeza gracias a la resaca. Me levanto de la cama y busco mi celular pero no lo encuentro.

La puerta de mi habitación pide ayuda gracias a los fuertes golpes que está recibiendo.

—¡Ya abro! —grito alto para que me escuche quien sea que este tocando.

Abro la puerta y sorpresa, mi jodida mejor amiga me acaba de despertar cuando lo único que quiero es dormir todo el puto día.

—¿A qué debo tú visita tan temprano después de una fiesta horrible y cuando solo quiero dormir? —fuerzo una sonrisa de boca cerrada.

Maggie puso los ojos en blanco y paso a mi cuarto chocando contra mi hombro. Cierro la puerta y me giro para poder observar a mi amiga.

—Gracias por mostrar tanto entusiasmo por verme —dijo —Y te despierto porque necesito que me acompañes a un lugar. No acepto un no como respuesta.

—¡Nop, no voy! ¡Joder Maggie estoy super cansada, tengo una resaca de mierda y la noche de ayer no pudo ser peor! —confieso algo dramática.

A mi mejor amiga se le aguan los ojos y me mira tiernamente. No voy a caer, no voy a caer ¡Dioos ya caí! 

—Esta bien —se le ilumina el rostro —No te emociones, te acompaño porque tengo que salir a cojer un poco de aire y a comprar unas cosas.

Suelta un chillido ahogado y me abraza sacándome el aire. Le toco la espalda para que me suelte.

—¡Qué me ahogas intensa! —dije.

—Te amo. Eres la mejor amiga del mundo —por fin me suelta —¿Y que vas a comprar?

Ruedo los ojos. A ella le encanta ir de compras, pero yo soy muy perezosa y me cuesta mucho salir de mi refugio. Voy a la preparatoria porque es obligado. Si por mí fuera estaría todo el vendito día en el tejado, en mi habitación o en el bosque perdido.

—Qué ni se te pase por la cabeza la idea de comprar lencería o ropa. Solo pienso comprar nuevas pinturas y algún libro nuevo o cómics. Ya me he leído todos los de aquí y me aburro mucho.

En este país es más difícil encontrar buenos cómics o buenos libros que sean de otro idioma. Por eso se me dificulta poder comprarlos a mi gusto. Yo los compro por Amazon o simplemente le digo a mi abuelo que me los mande por correo. [Con el cual no he hablado desde hace unos dos meses]

Cuando mi abuela nos fue a recoger a Seoul yo no tuve alguna objeción. Desde pequeña he sido demasiado tímida y muy reservada. Me costaba socializar o hacer amigos, por eso siempre andaba sola en el colegio. Ese es el motivo por el cual no me importó dejar atrás mi ciudad natal. Pero algo que si no me gustó para nada era tener que dejar a mi abuelo prácticamente solo. El es un viejo cascarrabias, arrogante y de pocas palabras. A él lo llaman gruñón donde vive.

El simple hecho de dejarlo solo me rompió el corazón. Si tenía hijos, nietos o a su mujer cerca. Pero nunca hablaba o se relacionaba con ellos, yo era su todo, y él, el mio.

—¿Te ocurre algo?

Salgo de mis pensamientos gracias a mi amiga.

—No es nada.

Niego y saco ropa de mi armario para darme una lucha.

De este extraigo una blusa de mangas largas y cuello alto gris. Gracias a que se está acercando invierno la temperatura está muy baja. Hago juego con unos jeans altos negros. Para el calzado escojo a la azar un par de botas. Que resultan ser mis favoritas, negras. Para terminar me saco un chaleco que abrigue bien y me doy una ducha. El cabello decidí que después de lavarlo me haría  una corona de trenza atrás de mi cabeza y el resto quedaría suelto.

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