Era una noche lluviosa, perfecta para quedarse en casa y disfrutar de una película. Ghidorah estaba emocionado; había planeado una maratón de películas de terror, su género favorito. Desde que se había enterado de que Rodan nunca había visto las clásicas, no pudo resistirse a organizar una noche de películas, a pesar de que sabía que a Rodan no le gustaban.
Rodan estaba acurrucado en el sofá, envuelto en una manta gruesa, con los ojos llenos de incertidumbre mientras Ghidorah seleccionaba la primera película. El sonido de la lluvia golpeando las ventanas parecía intensificar la atmósfera, haciendo que todo se sintiera más oscuro y aterrador.
—¿Seguro que estás listo para esto? —preguntó Ghidorah, con una sonrisa traviesa en el rostro, mientras sostenía el control remoto en la mano.
Rodan asintió lentamente, aunque no pudo evitar que su nerviosismo se reflejara en sus ojos. —Sí... solo recuerda que tú insististe en esto.
—No te preocupes, estaré aquí contigo todo el tiempo —respondió Ghidorah, sentándose junto a él y arropándose con la misma manta. Estaba encantado de compartir su amor por las películas de terror, aunque tenía claro que Rodan era un poco más sensible a este tipo de cosas.
La película comenzó, y desde la primera escena, Rodan sintió cómo su corazón empezaba a latir más rápido. Los ruidos repentinos y las sombras misteriosas lo mantenían en vilo, mientras Ghidorah observaba todo con una mezcla de diversión y fascinación. A cada susto, Rodan se acurrucaba más cerca de Ghidorah, buscando consuelo en su presencia.
—Ghidorah, esto es... ¿No podríamos ver algo un poco más... alegre? —sugirió Rodan en un momento en el que la película parecía calmarse, aunque solo era un breve respiro antes del siguiente susto.
Ghidorah soltó una risa suave, pasando un brazo alrededor de los hombros de Rodan. —Lo siento, pero te prometí que te iba a mostrar lo mejor del terror. Y además, es solo una película, nada va a salir de la pantalla para atraparte.
Rodan sonrió tímidamente, aunque la promesa de seguridad no disminuía su ansiedad. Pero había algo en la cercanía de Ghidorah, en la manera en que lo mantenía protegido bajo la manta, que lo hacía sentir un poco más valiente.
Con cada escena escalofriante, Rodan se acurrucaba más, hasta que prácticamente estaba pegado a Ghidorah. Cada vez que un susto lo hacía brincar, Ghidorah lo sostenía un poco más fuerte, murmurando palabras tranquilizadoras al oído de Rodan.
—Estoy aquí, Rodan. Nada de qué preocuparse, solo una película —decía Ghidorah con una sonrisa, disfrutando de la situación más de lo que debería.
Finalmente, en un momento particularmente tenso de la película, Rodan no pudo evitar soltar un pequeño grito, cubriéndose la cara con la manta. Ghidorah, sin poder evitar reírse un poco, tiró de la manta para descubrir el rostro de Rodan, quien lo miró con una mezcla de vergüenza y frustración.
—¡No te rías! —protestó Rodan, aunque no pudo evitar reírse un poco él también, sintiéndose un poco ridículo por haberse asustado tanto.
—No me estoy riendo de ti —mintió Ghidorah, todavía con una chispa de diversión en sus ojos dorados—. Es solo que eres demasiado adorable cuando te asustas.
Rodan resopló, tratando de no sonrojarse ante el cumplido inesperado. —No es gracioso. Estas películas son realmente aterradoras.
Ghidorah le dio un apretón suave en los hombros, acercándolo más. —Bueno, la próxima vez podemos ver algo que te guste más. Pero ahora, ¿qué tal si terminamos esta? Prometo que te cuidaré.
Rodan lo miró, considerando sus opciones, antes de asentir lentamente. —De acuerdo, pero solo porque estás aquí.
La película continuó, y aunque Rodan seguía asustado, la cercanía de Ghidorah le daba valor. Cada vez que algo espeluznante sucedía en la pantalla, Rodan encontraba consuelo en el brazo de Ghidorah alrededor de él, en la calidez compartida bajo la manta, y en la risa suave de Ghidorah que parecía alejar el miedo.
Cuando la película finalmente terminó, Rodan dejó escapar un suspiro de alivio. —No sé cómo puedes disfrutar tanto de esas cosas...
Ghidorah se encogió de hombros, todavía sonriendo. —Hay algo emocionante en asustarse un poco, ¿no crees?
Rodan lo miró con incredulidad, pero no pudo evitar devolverle la sonrisa. —Supongo que lo único emocionante fue estar aquí contigo.
Ghidorah rió y, antes de que Rodan pudiera decir algo más, se inclinó para darle un beso en la frente. —Eres valiente por haber pasado por esto conmigo. Y, por lo que vale, me encantó que lo hicieras.
Rodan sonrió, sintiendo cómo su corazón se calmaba finalmente, aunque ahora latía más rápido por una razón completamente diferente. Se acomodó junto a Ghidorah, sintiéndose seguro y protegido bajo la manta.
La lluvia seguía golpeando las ventanas, pero en ese momento, nada más importaba. Estaban juntos, y eso era todo lo que Rodan necesitaba para enfrentar cualquier cosa, incluso una maratón de películas de terror.
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I hate (Love) you!
De TodoOne shots (más que todo Rodorah) yay!! (El titulo no tiene nada que ver jeje) Se que estoy prácticamente muerta pero es que no se que hacer de mi vida y mis historias, por lo que decidí hacer pequeños one shots. ACEPTO PEDIDOS!