Capítulo 3

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Todo ha ido y ha marchado como suele ser siempre que viajo por trabajo. Mamá es demasiado estresante cuando se trata de ésto. Papá y ella han discutido varias veces por eso, han llegado a incluso querer divorciarse.

El chico que está tomándome las fotos es alto y rubio, él fue uno de mis amigos hace más de tres años, nuestra amistad se rompió cuando me dijo lo que sentía por mi. Es una coincidencia que volvamos a vernos después de tanto.

Mientras que otra persona me dice como tengo que posar exactamente para "complacer" a los espectadores.

Alexis ha estado muy al pendiente de mí, es muy atento y en esta semana la amistad ha crecido un montón y siento que lo conozco de hace años. Me alegra de tenerlo como amigo.

Al terminar la sección de fotos tomo en mis manos mi cartera y mi chaqueta beige. Salgo al estacionamiento con mi padre a un lado, se queda viéndome con aire pensativo.

— Has crecido un montón — dice con nostalgia.

Mi papá es mucho más atento que mi madre, aunque no pasamos mucho tiempo juntos ya que el trabajo lo tiene consumido.

— Si... Eso creo


— He estado y a la vez no. No te he visto crecer cómo debería haberlo hecho, me perdí grandes partes de tu vida. Ahora ya tienes dieciocho años y no sé en qué momento el tiempo pasó tan rápido.

Nos subimos al auto. No mencioné nada en todo el trayecto al jet. Solo me dediqué a mirarlo mientras conducía. Mi padre es un señor con el cabello más sedoso jamás visto, canoso, es alto y fuerte, sus ojos son grises como los míos y su nariz es recta, creo que en parte también son por sus raíces.

Damiano Goodman, mi padre. El hombre que a pesar de todo ha estado ahí aún cuando él dice que no lo estuvo lo suficiente.


— Vamos — me indica que baje para subir al jet e irnos de regreso a casa. El viaje será largo.

Nos subimos al jet.

Silencio.

Papá me sonríe y se pasa de su asiento de en frente y se sienta conmigo.

— Quiero... disculparme por tu madre, ya sabes cómo es ella.


— No hace falta — «realmente me gustaría que lo hiciera ella misma»


— Claro que sí.


— No, papá. Mi madre, la mujer que me dió a luz nunca ha estado para mí, ¿Sabes cuánto duele eso? Duele papá, duele. No la odio, ni le guardo rencor, solo... quisiera que estuviese ahí para mí, cuántas veces he sentido que el mundo se me viene encima y necesito hablar con alguien y ese alguien pareciera que no le importo. Mi madre. Creo que no le importo en lo absoluto. ¿Cómo es que siguen juntos después de todo? ¿Cómo han logrado mantener esa relación?

Deja de verme para mirar al frente. Su mandíbula se tensa pero no está enojado en lo absoluto.

— Tu madre ha estado muy agobiada, ha tenido muchos problemas y, ante todos y ante Dios juré estar con ella en las buenas y malas porque la amo — vuelve a verme a los ojos — y, una persona que ama de verdad no se aleja en el peor momento del otro.


Termino asintiendo porque no quiero alargar la conversación y seguir diciéndo cuánto me duele el hecho de que mi madre sea tan ausente.

[...]



De vuelta en Sidney, en la comodidad de mi casa y de mi cama, vuelvo a tener insomnio, no puedo dormir son las 2 AM pasadas y no he logrado pegar el ojo en toda la noche, no tengo con quién hacer videollamadas o hacer cosas tan simples como charlar y a Alexis me da pena molestarlo a esta hora ha de estar muy cansado. Detrás de la mascara que vean los demás; la que demuestro, se esconde una chica imperfecta, con ojeras, hecha un desastre en todos los aspectos. Soy sensible, soy de carne y hueso.

He vivido y pasado tantas cosas que hay veces que me pregunto a mi misma cómo es que he podido con todo esto cuándo hay veces que ya simplemente no quiero seguir. He estado para varias personas y la mayoria no está para mí, mi madre no lo está, mi mejor amiga a veces se porta como un asco conmigo y, ahora que me doy cuenta mi círculo social es muy pequeño, todo porque mi madre me dice que tengo que actuar... No me gusta actuar así, esa no soy yo, no me gusta tratar a los demás como basura o hacerlos sentir que son menos que yo, solo por ser la chica popular, ex modelo de la marca de ropa mas vendida.

No quiero tener que ocultarme cuando salgo de compras sola. Varias veces he salido y me han reconocido y me tratan como si fuese una celebridad. Al principio amaba ser el centro de atención, ¿Ahora?, ahora no, no quiero serlo, quiero pasar desapercibida, quiero vestirme como quiero y hacerlo sin miedo a que me juzguen por ser una chica linda y afortunada de usar ropa común. Quiero ser yo, quiero tener mi propia voz, mis propios pensamientos, mi madre controla todo. Ella es mi manager y si como madre es un estrés total como manager es peor. La amo pero realmente quiero que deje de ser tan estricta conmigo incluso con mi aspecto, hay veces que no soporto verme al espejo sin sentirme segura de mi misma porque me he empeñado tanto en ser alguien que no soy.

— Ya no quiero ser así — digo para mí misma en un sollozo.

Seco mis lágrimas y recuerdo aquellos tiempos cuando era niña y pensaba que mi adolescencia sería estupenda y maravillosa. Resulta ser una mierda. Creo que la adolescencia es una etapa fuerte y depresiva también, ves cambios en tu cuerpo, creces, te desarrollas, en mi caso, es por el estrés de siempre tener una buena imagen,  cohibirme de hacer cosas tan naturales.





You belong to me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora