La familia Targaryen estaba dividida por el bando verde y el bando negro, a ambos pequeños se les impediría ser cercanos, pero estos no seguirían las reglas.
Esta historia está basada en la casa del dragón.
Los personajes son de George R.R Martin, a excepción de Danearys Targaryen, Haera Targaryen y otros que van a salir conforme va saliendo la serie.
Danearys es hija de Rhaenyra y Daemon, en su aventura en el burdel. Haera es hija de Alicent Hightower y Viserys, gemela de Daeron Targaryen.
La línea de tiempo no es igual que en los libros.
Capítulo 1. Nueva sangre.
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Los truenos se apoderan de la red Keep, se mezclan con los gritos desesperados de la Heredera Rhaenyra, ya que la creatura en su vientre se negaba a salir de este. Los gritos de la Princesa eran cada vez más fuertes de lo normal en un parto, los maestres y sirvientas estaban asustados creyendo que la princesa podría correr el mismo destino que su madre Aemma, muriendo dando a luz ensangrentada. De repente sus gritos desaparecieron, y empezaron los llanos de una bebé con cabellos que apenas se veían, eran tan planeados, sus ojos violetas que se iluminaron por los relámpagos que había, y su piel blanca como un algodón.
El rey Viserys y, el príncipe Leanor, entraron a la sala en cuanto los maestres avisaron que la cría había nacido. Viserys caminó más deprisa. —¿Es un niño?— preguntó. El maestre con voz susurrante le dijo— Los dioses no han favorecido en esta ocasión, no como a la Reina—. Viserys torció un poco los ojos, y siguió caminando hacia la pequeña cría. La Reina había tenido a un varón dos lunas antes de que esta naciera, Aemond, el tercer hijo de la Reina, tenía apariencia targaryen, al igual que sus otros dos hijos Aegon y Helaena. Aegon, era el mayor, a su corta edad bebía a escondidas de sus padres, coqueteaba con todas las sirvientas y doncellas del reino, era malo con la espada, con su segunda lengua Alto valyrio, aprendiendo historia y filosofía. En lo único que era bueno era con su bestia, tenían cierta conexión que cualquier otro jinete de dragón, si fuera por aquel pequeño estaría todo el día con su animal. En cambio Helaena apenas hablaba, pero siempre se veía interesada por los animales. La princesa todavía no había domado a un dragón, apenas y se podía parar de pie, pero El Rey ya tenía un dragón cuál darle, Dreamfyre.
Viserys miro a su primera hija, y sonrió dulcemente. —¿Puedo tomarla?— preguntó el viejo. —Claro, mi Rey— contestó la Heredera. El rey la tomó y empezó acariciar a la cría, esta se dejo completamente, entrando en sueño por las calientes yemas del Rey. Leanor se acercó en seguida con una sonrisa de oreja a oreja, cuando vio la pequeña este se perdió en sus ojos violetas, no podía dejar de admirar a la cría, tan hermosa como su madre. —¿Quieres tomarla?— pregunto el rey. Leanor asintió sin quitar su sonrisa, y al tomarla sintió como su corazón empezó a latir, su primera hija, tan linda como su madre, una belleza con rasgos valyrios.
—¡Y por mi primera nieta!— exclamó el rey alzando la copa que tenía en su mano, mientras la llevaba a su boca. —¡Por Visenya! — brindaron todos, y bebieron el vino en sus copas.
