Capitulo 8.

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                              La llegada.

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La brisa chocaba contra el castillo de Dragonstone, los pasos de un guardia dirigiéndose hacia el salón donde se encontraba Visenya, Jace y Rhaenyra eran cada vez más fuertes y rápidos.

—Me hubiera servido juntarme con Aemond— gruño el castaño dándole un suave empujón a la platinada mientras esta torcía sus orbes violetas.

—Si lo hubieras hecho ya sabrías hablar nuestra lengua materna— contesto burlándose de su hermano mientras esté solo río suavemente para después mirar a su madre la cual sobaba su barriga que cada día estaba más grande.

Rhaenyra se dio cuenta que ambos de sus vástagos la miraban fijamente con una sonrisa de oreja a oreja, y está les respondió de la misma forma, sólo que se dirigió hacia a ellos.

—Lo haces bien Jace— comentó mientras le sobaba la cabeza con una mano, con la otra tomó la mano de la platinada— Tú también lo haces bien, ambos son muy inteligentes.

A ambos jóvenes se le iluminaron los ojos al escuchar tales palabras y dieron una sonrisa inesperada.

—Pronto aprenderás Jace— dijo la heredera tratando de animar a su hijo, ya que este estaba desmotivado por no saber su idioma materno— y tú Visenya...— suspiro lentamente mientras la miraba con sus ojos iluminados— Pronto te tendrás que casar, debes de tener una familia.

—Ustedes son mi familia— contesto rápidamente, eso hizo que la heredera tuviera un deja vú, pues le recordó a su adolescencia, ella también se había negado a casarse a temprana edad y no quería repetir el mismo patrón.

—No digo que ahora— respondió lentamente para soltar un suspiro largo— cuando te llame mi heredera tendrás que comprometerte.

Visenya asintió mientras ponía sus ojos en blanco, la joven no quería casarse, sólo quería volar en su dragón durante toda su vida y no bajar de este nunca, pero sabía que eso no sería posible y que tendría que buscar a alguien con quien comprometerse.

Antes de poder contestar alguna otra cosa a su madre un guardia entró por las enormes puertas de Dragonstone, el cual se dirigió completamente hacia Rhaenyra.

—Ha llegado un cuervo, mi princesa— susurró mientras le estiraba la mano, dándole un papel el cual tenía el sello del Rey.

—¿Por el rey?— preguntó confundida, el guardia sólo asintió, hizo reverencia y se retiró.

—¿Que dice?— interrogó Jace intrigado mientras su madre leía atentamente el papel.

—Visenya llama a tu padre— La cara de Rhaenyra era un poco preocupada, y esto hizo que Visenya de igual manera se preocuparse pero no hizo ninguna pregunta y obedeció la orden de su madre caminando hacia la salida.



















La danza sangrante (Aemond targaryen x Visenya) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora