Capitulo 6.

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                      PROMESAS

                               PROMESAS

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Habían pasado lunas después del incidente en Drifmark, la familia targaryen se había dividido aún más, Aemond ignoraba a su amada sobrina a pesar de que esta le hablara, al fin Alicent había podido manipular a su hijo para separarlo de la niña deliciosa.

Rhaenyra estaba considerando irse a dragonstone hasta que las cosas se calmaran, y también tomar a Daemon como su esposo, el cual la veía cada noche a escondidas.

Y Alicent la cual odiaba cada día más a los negros los cuales le hacían su vida imposible, de solo verlos ya se estaba quejando.








La niña deliciosa se encontraba montando a su dragón en los cielos de kings landing, estaba desanimada pero el estar con su dragón la hacía un poco feliz.
Sus gritos se podían escuchar por las oscuras calles, ya que no estaba en un vuelo tan alto.

Al aterrizar su bestia dio un rugido fuerte y asustó algunos sirvientes que se encontraban cerca, pero aquella niña no le asustaban, de hecho amaba los rugidos de los dragones, odiaba que le pusieran esas cadenas, pues no eran esclavos con los cuales podían jugar, eran bestias indomables que tenían que respetar.

—Nos veremos mañana— murmuró la rubia en alto valyrio mientras le sobaba la escamosa piel.

La bestia le respondió con un rugido pequeño el cual solo pudo escuchar ella, y sonrió de oreja a oreja, la conexión que tenían era casi tan fuerte como la del joven Aegon con su dragón.

Los dragonkeeper se llevaron al enorme dragón de nuevo a las fosas, donde le dieron de comer.

Visenya caminaba hacia la salida cuando de pronto Haraen apareció en la puerta, sus ojos violetas más brillantes que nunca y una sonrisa deslumbrante.

—¿Por que tan feliz? — preguntó Visenya a su tía acercándose a ella rápidamente.

—Mi madre dijo que tenía que comprometerme—suspiro rápidamente— espero sea un joven apuesto con el que me case.

Visenya rio un poco para después tomarla del brazo y comenzar a caminar, en los días que Aemond no le había hablado esta se hizo más unida a su tía Haraen la cual era una persona muy dulce y amable.

Rieron por un tiempo mientras caminaban por los grandes pasillos de la red keep, donde por cada esquina había un guardia.

—¿Cuando te irás a Dragonstone?— preguntó la rubia con cara triste.

La danza sangrante (Aemond targaryen x Visenya) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora