Anubis la escoltó personalmente hasta donde ella, su madre y hermano se alojaban. Zaya durante toda su caminata aparte de dialogar otras cosas con Anubis, Zaya pensaba, le era aún impactante cómo se comportó su tía. Tenía la respuesta de cómo iba a solucionar todo. Reflexionando, al final era como sospechaba, tan pronto averiguara el misterio de su familia podría salvar a su tía del deseo de morir.
—Que hablaste con mi madre —Casi llegando a la entrada, Anubis preguntó por ello. El cortesmente se mantuvo en la distancia durante su reencuentro con su tía.
—No mucho, está feliz de verme de nuevo e igual forma…¿Desde cuándo ella se volvió así? —No quiso tener necesidad de resolver sus dudas con él pelinegro. Pero Anubis es el único que se ha quedado a lado de Neftys, sabe aunque uno que otro conocimiento de la situación.
—Desde que padre se apoderó de Egipto. Sin dar una razón, se aprisionó ella sola. No sirvió ninguna palabra para hacer que saliera —Respondió a su pregunta. Solo que, no existían detalles relevantes en su explicación, ya que era el mismo argumento que su tía le dio a ella.
—Mmm…Anubis, todo esto me huele igual que el trasero de un gato. —Zaya quiso dar una interpretación intelectual. Pero Anubis la miró de reojo con una ligera mueca de desagrado.
—No es que me la pasé oliendo traseros de gato, en una ocasión lo hice pero no por gusto jejeje… — Avergonzada dándose cuenta de lo asqueroso que se escuchó.
—...Lo entiendo —asintió y desvió su mirada unos ligeros segundos antes de ver una vez más con el mismo interés a Zaya.
Al final llegaron, Zaya con los pelos en punta, debido que apostaría que solo con poner un pie adentro su madre no dudaría en lanzar un rayo. Se giró a Anubis y lo abrazó.*
—Te agradezco que me hayas acompañado… —Dijo separándose pero con las manos todavía en los hombros de Anubis, para conectar sus miradas.
—Este sí… —y ahí otra vez… ese sutil carmín en sus cachetes delgados.
Se rió claro, pero aún no le bastaba, la diosa rubia quería ver más rojo en esa carita. Aproximándose insertó un beso en una de sus mejillas calientes y seguido acarició esa misma mejilla.
—Hasta luego… jijiji… —Se dirigió adentro con una gigantesca sonrisa, ya que había conseguido lo que quería.
—¡¿DONDE ESTABAS?! —Como se sospechaba, la recibieron con un rayo de destello dorado casi chamuscando parte de su cuerpo, y un escalofriante gritó. Todo eso venía de su madre.—Este...Hola mamá, qué vamos a cenar —Fue lo respuesta más idiota para esa situación. Pero los nervios y la mirada tenebrosa de su madre, le hace decir estupideces que aumentan sus problemas.
Isis avanzó dando pasos que harían temblar a todo Egipto. Zaya movió los ojos a todas partes buscando posibles rutas de escape.
—Por qué nunca me obedeces —Intentaba comprender el comportamiento de su hija que realiza todo lo contrario a lo que Isis esperaba.
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"Por el trono de Egipto" (Ennead)
AcakEn las tierras de Egipto, fueron corrompidas por la tirania de Seth el dios de la Guerra y el desierto, quien asesino a su hermano para obtener el trono. Sin embargo Horus el hijo de Osiris y Isis, seria el héroe destinado a regresar la p...