Dormir es mi pasión. ¿A quien le gusta despertar a las cinco de la mañana y empezar hacer oficios como si fuesen las ocho? ¡¿Quién?!Exacto. Mi madre y todas las mamás qué conozco.
Ruedan, arañan, limpian, extraen hasta la última suciedad como si su vida dependiera de ello y no toman en cuenta que sus hijos pueden estar en un profundo sueño.
En mi caso, es así. Mamá aun sin tener que hacer ella fabrica los oficios para hacer algo. Es una locura.
—¡Dubu, levántate ya! —grita desde el otro lado de la puerta, además de dar unos golpes para nada sutiles que me quitaran el sueño en un minuto.
Gruño, tapando mi cabeza con la almohada para disminuir cualquier ruido que intente arrebatarme mi gran cálido y agradable sueño.
—¡Tae se comerá tu desayuno si no lo haces! —insiste y esta vez mis ojos se abren por completo ante esa posibilidad nada conveniente para mi.
Quito la cómoda manta que me brindaba el más agradable y rico sueño, y salgo de la cama a toda prisa cuando escucho la puerta de mi hermano al abrirse. Lo sé porque el ruido particular de su puerta lo conozco muy bien.
Mamá esta de pie frente a la isla con su té mañanero y los desayunos de mis otras hermanas siguen sin estar listos.
Tomó lo único que esta desprendiendo humo y empiezo a reír cuando mi hermano llega tarde a buscar lo que yo tengo en manos y escapando ya a mi habitación.—¡Maldito tofu!
Hermano lento.
Dejo la comida sobre la mesa de noche, y a pesar de haber estirado mis extremidades en la pequeña carrera hacia la cocina, vuelvo a hacerlo. Me dirijo al baño para cepillarme y peinarme.
Suelo dejarme encima cualquier cosa que cubra mi cuerpo, sea una camisa grande de papa o mi hermano, o cualquier short de mis hermanas.
Tengo cuatro hermanos. Tres hermanas y un hermano.
Los hermanos Kim, siempre dicen en las calles de mi pequeña ciudad. No somos ricos, pero tenemos el dinero suficiente para que los envidiosos nos odien por darnos unos buenos gustos... Bueno, mis hermanos, mamá y papá, yo juraria que soy la oveja negra de la familia que esta en desempleo por... Mala suerte y no tener un título universitario.
Mis padres, obviamente, dicen no tener ningún problema en mantenerme, pero por mi parte me siento inconforme y por ello no he dejado de insistir en buscar empleo aunque no dure mucho en ellos.
—Buen día, madre. —saludo a mi progenitora que esta sirviendo los desayunos humeantes a mis hermanas listas para irse al trabajo mientras yo me siento al lado de mi hermana mayor con mi comida más fría que un hielo— Esto no me parece para nada justo.
Mis hermanas ríen cuando miro mal a mamá, quien reprime la risa que mis palabras le causan.
—Levántate temprano y obtendrás un desayuno caliente, Dahyun. —reprende mamá, ofreciendo café a mis hermanas y por último a mi.
Muy injusto.
—Se durmió hasta tarde viendo porno. —acusa Taehyung qué sale de repente de la sala de estar con su tableta en mano y mi cara enrojece en un maldito segundo.
Además, me atraganto con mi panqueque.
—¡No es porno! —me defiendo cuando la mirada de mamá es inquisitiva e interrogante— ¡No es mi culpa que el anime tenga sonidos raros!
—Porque ves hentai —continua con sus ojos en el aparato electrónico y esa sonrisa burlona.
¡Juro que no era porno! Tiendo a ver cierta cosas de madrugada, pero me aseguro de tener conectado mis auriculares para evitar cosas como estas.
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Pequeña pervertida | Mihyun G!P
FanfictionNo sabia que todo esto pasaría por comentar un meme en Facebook.