Es un alivio que debido a nuestro comportamiento -entre Lisa y yo- no tengamos la necesidad de disculparnos. Puedo tomarlo como desquite de las tantas veces que intenta humillarme frente a sus amigas.
Ese fue mi método para dormirme dos horas antes de estar aquí frente a la casa del señor Jeon media hora antes como el pidió.
No pude comentarle a mis hermanas a qué se debía mi salida porque aún no estaba despierta cuando lo hice, aunque tomo mi celular del bolsillo y escribo un mensaje a Jisoo para que no se preocupe.
—Señorita Kim, buenos días.
—Buenos días, señor.
Me ofreció una sonrisa un poco escalofriante, aunque puede que sea debido a las acusaciones de Lisa hacia él que me está provocando ideas perturbadoras.
El hombre me señala hacia la pequeña sala de estar donde hay unos papeles y unas píldoras que no logro ver la descripción por ser muy pequeña en la caja donde están.
—Lamento hacerte venir por esto. —me indica que me siente mientras el va hacia la cocina, regresando minutos después con dos vasos llenos de jugo de naranja.— Necesito ordenar unos documentos antes de las siete. Intenté casi toda la noche, pero el sueño me venció.
Miro enrededor, viendo con más claridad el desorden que nos rodea. Carpetas una sobre otra, cajas abiertas y con más carpetas adentro muy bien ordenadas.
Su desespero se dejó ver uno segundos cuando mire con el ceño fruncido la bebida que tenía ahora en mi mano. No veo algo extraño en ella, si no por el ofrecimiento tan pronto.
—¿Y su esposa? Sería beneficiosa su ayuda si está en apuros —comento educada, dejando la bebida a un lado para empezar con el trabajo. Mi comentario no fue por desagrado de lo que me está pidiendo, sino más bien de extrañes.
El hombre por otra parte, amaga un suspiro, aunque parece más un gruñido hastiado muy mal disimulado. Puedo suponer que tuvieron algún tipo de discusión que nombrarla le causa incomodidad.
—Tenia asuntos más importantes. —inicia explicando donde debo poner cada página y en qué carpeta.— Deberías tomar energías.
—Lo haré al concluir.
Continúa con los labios apretados, su expresión no podía ser más de disgusto que de otra cosa cuando ni le obedezco su preocupación, aunque si bebo un poco para que vea que si tomó su cortesía.
El sabor no es de mis favoritos, pero me trago la mueca cuando dejo el vaso nuevamente en la mesa.
Tardamos veinte minutos en completar cada carpeta con nombres extraños, y no serían extraños, más bien iniciales o eso puedo suponer cuando cierra las cajas con cinta adhesiva.
El hombre mira su reloj y luego sus ojos pasan a la bebida que me ofreció. Solo he tomado dos sorbos como mucho durante el tiempo que ordenabamos, y puedo percibir su gesto de disgusto.
—Bueno, regresaré cuando menos te lo esperes. —tocan la puerta cuando se pone de pie— Llegó mi ayuda extra. Termina tu bebida, señorita Kim.
—Suerte, señor.
Se dirige a abrir la puerta a pasos rápidos y puedo ver a un hombre más joven, más delgado y muy pálido. Parece que sus horas para dormir las ocupa en otros asuntos, además siquiera levanta la mirada del piso cuando pasa directo a tomar las cajas apiladas.
Entretanto, doy varios sorbos a la bebida ofrecida por mi jefe bajo su mirada, como si estuviese atento a que la bebiera toda y no la tirará por el desagüe.
Sabía horrible, pero la tomé para no ser tan desagradecida. Y el señor Jeon me sonrie cálidamente cuando ve que está vacío el vaso.
Un total de doce cajas. Terminan rápido gracias al subir las cajas al camión. Me apoyo en el marco de la puerta cuando la temperatura cambia a una más elevada, haciendo que abanique mi rostro para tener un poco de aire adicional.
¿Será por la hora? Mierda, si son solo las siete de la mañana. El frío debería estar en pleno apogeo.
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Pequeña pervertida | Mihyun G!P
FanfictionNo sabia que todo esto pasaría por comentar un meme en Facebook.