Pequeña pervertida | Mihyun G!P

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Sus mensajes.

Cada buenos días me sacan una sonrisa aunque esté media adormilada y con pocas ganas de ir al trabajo. Es alguna clase de energía que me recorre cuando los veo en la pantalla de mi celular, me despiertan las ganas de responder su mensaje.

Mi jefe no me ha cuestionado los minutos que llegó tarde o mi uso del celular cuando estoy descansando. Sin embargo, pensar que estoy paranoica cuando su mirada me causa escalofríos no se si sea correcto respecto al hombre que me paga.

Además, extrañamente me ha dado unas vitaminas que eran de su esposa para la piel y como tenía de sobra me ha regalado un envase.

Esposa que nunca he visto, pero bueno, no es mi problema cuestionar donde está. A mí me importa es que me pague.
Me ha alcanzado para mis gastos y me siento orgullosa de algunas forma porque es algo que obtuve con mis esfuerzos.

Llevo un mes, dos semanas desde que estuve con Mina en la caballeriza. Me ha comentado que ha estado resolviendo algunos problemas, pero que si yo quiero, podemos salir a dar un paseo.

Muero de ganas por aceptar, por sentir esa libertad que Myoui Mina me hace tener o esa calma que me brinda cuando me habla de ella.

Pero, jodidos peros que me detienen. Debo controlar lo que mi interés por ella, me provoca.

Jisoo y Jennie me han cuestionado con quién tanto hablo por mensajes que me hace sonreír. Y he tenido la suerte que Lisa no se encuentra allí cuando lo hacen.

Y extrañamente me siento nerviosa cuando pueden sospechar de quien se trata.

Estoy segura que me dirán o recordarán las advertencias de Lisa y me exigirán que deje de tener contacto con ella.

—Dubu, ¿Estás bien? —mamá me sacude el hombro, sacándome de mis cavilaciones para tener mi atención en ella que está a mi lado.— ¿Lisa está de detective con alguna de tus citas otra vez?

Vuelvo a mirar al frente con los codos apoyados en mis piernas.

—No. Es imposible tomar en serio alguno cuando Lisa los conoce mejor que yo —mamá empieza a reír, susurrando un "es verdad" cuando se levanta hacia la cocina.

—Ve el lado positivo, bebé —habla desde la cocina— No has tenido un desamor gracias a ella.

Regresa a sentarse a mi lado con una limonada y ella una taza de té.

—Y creeme, la experiencia por la que pasas es muy desagradable. —menciona como si ella ya fuese pasado por algo así, además, cambia el tema a las diferentes cosas que ha modificado en la cabaña.

Puedo suponer que no quería que hiciera preguntas al respecto de esa ruptura que ella pasó antes de conocer a papá. Aunque, tampoco iba a cuestionarle. Mamá tiene derecho a reservarse secretos como cualquier ser humano en esta tierra.

Mi tarde con mamá fue más relajante, nada comparado a la primera vez que estaba abochornada y llena de vergüenza por el jodido mensaje.

Me avergüenza recordarlo, y siento que me pondré aún mas roja cuando Mina me lo pregunte. Agradezco que no lo haya hecho todos estos días que nos escribimos y agradezco a mi cabeza por no recordarlo cuando estuve con ella montando a caballo.

Mamá me ha contado que ocupa sus días libres con trabajo, además de implementar sus conocimientos de siembra en alguna parte de estas tierras.

Me comentó también que vio a los caballos pertenecientes al amigo de papá, y que aún no han conseguido alguien que tenga conocimientos para proceder a atraparlos.

Admito que mordí mi lengua cuando estuve a solo un segundo de decirle lo buena entrenadora que es Myoui Mina en esa área. Sería una traición a ella teniendo en cuenta que me confío su secreto, aunque no tuvo más opción que hacerlo.